¿Había algo más difícil que abandonar la cama de Briana antes del amanecer?, pues en aquel momento no se le ocurría nada. Si, vale, parecía un idiota, conduciendo sólo por la carretera, con aquella boba sonrisa en la cara, pero no podía evitarlo. Aún tenía su sabor en los labios. No sabía por qué, pero le vino a la memoria parte de la conversación que sostuvo con Chris aquel "día de Chicas".
- En serio tío, en los tiempos que corren, el matrimonio no es tan importante.-
- No, no lo es.-
- Entonces, porqué te casas. La relación que tenéis Elsa y tu ya parece bastante estable de por sí.-
Chris se estiró un poco, como si quisiera darle solemnidad a sus palabras.
- Verás, cuando un tipo se acerca a ella , y veo en él esa mirada de "te comería enterita", siento unas ganas letales de aplastar su cara con mi puño.-
- Eso puedes hacerlo en cualquier momento, no necesitas un papel que te de permiso.-
- Ese es el punto, poder puedo hacerlo, pero si es mi esposa, tengo todo el derecho de hacerlo, y nadie podrá decir nada en contra.-
- Wow, vaya. Muy macho de las cavernas.-
- Si, tu ríete. Pero es la mejor forma de decirles al resto que es mía, y que no se toca. Mi derecho, recuerda.-
La cerveza voló de nuevo a los labios de Chris, y Jed estudió su declaración unos segundos. Ahora sí que lo entendía. No es que no confiara en ella, no confiaba en hombres como Mike, y como esos, había cientos dispuestos a cazar una pieza como Elsa, aunque sólo fuera un momento. Partir la cara de alguno de ellos, era la mejor forma de evitar que el resto se acercara.
Como buen macho, pensó en que una opción alternativa, era marcar su territorio, y vivir con ella sería una buena manera de hacerlo, a la vez que se aseguraba el despertar a su lado cada mañana. El problema era que Briana era demasiado independiente. ¿Aceptaría?. Quizás la mejor opción sería no darle la oportunidad de negarse. Tenía que encontrar la manera y el momento para hacerlo, sí. Umm, y algo se le estaba ocurriendo, sí señor.
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Una nueva cazadora 2
RomanceBriana había disfrutado siendo la pequeña de la familia, hasta que Jed se cruzó en su camino. Entonces, dejó de ser divertido. Tenía que hacer que dejara de verla como una niña, y descubrir a la mujer que era. Pero cambiar su modo de verla no era lo...
