Capítulo 31

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-          Tenemos que hablar.-

Chris sintió un escalofrío atravesar su columna vertebral. Cuando una chica te decía eso, era que te iba a dar una mala noticia, normalmente que te dejaba. Y no importaba que ella llevara en su dedo su anillo de compromiso. Vio como ella daba unas suaves palmaditas al asiento del sofá junto a ella. Obediente, Chris se sentó allí.

-          ¿Has cambiado de idea sobre la boda?.-

-          Antes de hacerlo, quiero que sepas algo.-

-          Tú dirás.-

-          Sabes que vine a Australia con Adam, y que vivimos juntos aquí.-

Chris tragó saliva. No, no podía querer volver con Adam. Ese estúpido la engañó con otra, y la dejó embarazada mientras estaban juntos. Y ella seguía trabajando para él. No entendía por qué, bueno, ella pensaba que su trabajo estaba por encima de lo que había pasado. Tenía un contrato y ella lo cumpliría.

-          Lo sé. Estaba allí cuando llegasteis.-

Imposible de olvidar. Ella estaba en la sala de espera del centro de reconocimiento médico, esperando a que Adam terminase el suyo. Chris llegó para el suyo junto con otro compañero. Y no lamentó el haberlo hecho con mucho tiempo de antelación. Verla allí había sido un regalo para la vista.

-          Quiero que Adam venga a la boda.-

-          Pero...-

Elsa le hizo callar antes de que siguiera.

-          Necesito contarte lo que pasó mucho tiempo antes de llegar allí. Es una parte importante de mi vida. Así que presta atención.-

Chirs tan solo asintió y la miró fijamente. Si era importante para Elsa, lo era para él, no podía ser de otra manera.

-          Desde pequeña éramos dos, mi amiga Eli y yo. Estuvimos juntas desde que nos encontramos en el colegio. Éramos más que hermanas. Ella lo pasó mal, y se quitó la vida poco antes de terminar nuestros estudios en fisioterapia deportiva. Desde entonces, su hermano Philip y yo nos unimos mucho, intentando de alguna forma cubrir ese hueco. Fue a través de él que conocía a Adam. Ellos eran grandes amigos entonces. –

Elsa sintió la mano de Chris tomar la suya, notando que aquella parte de su pasado era difícil de recordar. La dolía recordar a Eli.

-          Adam tenía una lesión que traté, y obtuve tan buenos resultados, que me pidió que le atendiera para mantener su forma física. Luego vino la oferta de los Sydney Rooster, y me pidió que continuara a su lado. No lo dudé, lo hice. Era mi amigo y me necesitaba, como amiga y como profesional. Meses después, Phiplip llegó para quedarse con nosotros.-

-          Esa parte de la historia la conozco.-

-          No, Chris, no lo conoces todo.-

-          ¿Qué intentas decirme?.-

-          Durante este tiempo, he comprobado tu nivel de tolerancia con los que no son como tú, y creo que no me confundo al pensar que no tienes prejuicios con ellos. Pero antes de revelarte este secreto, tienes que prometerme que nunca repetirás lo que voy a decirte, no hasta que tengas su permiso.-

-          Sabes que lo haré.-

-          Bien... Adam es gay, y Philip es su pareja.-

-          ¡Qué!. Pero él va a ser padre.-

-          Adam quería serlo, y buscó la opción de un vientre de alquiler. La niña que nacerá este mes es resultado de una fecundación in vitro.-

-          Oh,... entonces, muchas cosas tienen sentido.-

-          Adam es más que un amigo, Philip es más que un amigo. Y el día de mi boda, quiero que esté a mi lado, porque son parte de mi familia.-

Chris aferró ambas manos de Elsa, y se acercó todo lo que pudo a ella. Tenía que hacerle ver que si era importante para ella, lo era para él. Llevó sus manos a su pecho, para que sintiera el latido de su corazón cuando la respondiese.

-          No sólo permitiré que vengan a la boda. Si son importantes para ti, haré que sean importantes para mí.

Elsa no pudo contener las lágrimas mientras se lanzaba a su cuello, y lo se agarraba a su fuerza con todo lo que tenía. Chris no la defraudaría, nunca.

-          Bueno, si esto significa que seguimos adelante con la boda, será mejor que te prepares, porque yo tengo otra petición.-

-          Cual.-

-          Supongo, que si quieres que vengan a la boda, querrás que sea lo más íntima posible, así que no necesitarás mucho preparativo.-

-          Para mí sería perfecto.-

-          Bien, porque quiero hacerlo ya.-

-          ¿Cómo que ya?.-

-          Pues eso. Que si podemos hacerlo mañana mismo, para mí sería perfecto.-

-          Pero... eso es imposible. No hay tiempo para preparar una boda con tan poco tiempo. El papeleo, los anillos, el vestido, traer a mis padres desde Londres...-

-          Vale, yo me encargo de traerles y de encontrar el lugar. El papeleo ya lo tengo casi terminado, y los anillos están encargados hace una semana.-

-          Vaya, pues si que te has puesto a ello.-

-          Más de lo que piensas. Así que, ¿qué te parece si lo hacemos este domingo en una playa paradisíaca?.-

-          Haces difícil decir que no.-

Elsa le besó con rapidez y corrió hacia su cuarto.

-          ¿Dónde vas?, tendrías que seguir agradeciéndome mi dedicación.-

-          Necesito llamar a Briana, necesito una dama de honor.-

Chris se dejó caer en el sofá, tan largo como era. Por fin iba a ser totalmente suya, con todos los derechos que da el que su mujer lleve su apellido. ¡Mía!, pensó, definitiva y totalmente mía.

Elsa marcó el número y esperó a que descolgaran al otro lado.

-          Hola.-

-          ¿Tienes un traje bonito y fresco en tu armario?.-

-          Algo tendré, ¿por qué?.-

-          Necesito una dama de honor para este Domingo.-

-          ¡Oh Dios Mío!. ¿Ya?.-

-          ¿Crees que tu chico dejará que te vayas unos días?.-

Una nueva cazadora 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora