Jed miraba al otro lado de la gran cristalera. Al otro lado, los pasajeros del avión privado bajaban por las escalerillas. Sus ojos buscaban a Briana, pero aún no aparecía. Allí estaba Chris apretando a Elsa a su costado, parando a los pies de las escaleras, devorando su boca como un poseso, levantándola en brazos y llevándola por la pista como si no fuese más pesada que un bolso de mano. Envidiaba a esos dos, ahora eran dos partes de una misma cosa. Matrimonio, nunca había pensado en ello de esa manera, pero ahora... Briana salió de la cabina, y comenzó a descender mientras reía a carcajadas de un comentario que hacía Adam a su lado. No pudo reprimir el impulso de aferrar su puño y apretar. Ella era suya, y nadie podía arrebatársela. ¡Oh, Dios!, no podía haber pensado eso. Él no era así, ¡mierda!, con Briana sí que lo era. Le había echado a perder, pero maldita las ganas que tenía de cambiar eso. Se sentía demasiado bien.
Corrió a la puerta de llegadas, y esperó a que ella la atravesara. Cuando el grupo la cruzó, caminó a paso rápido hacia ella, la agarró por la cintura, la apretó a su cuerpo y devoró sus labios con el hambre de quien no ha comido en dos días. Alguien gritó.
- Buscaros un hotel.-
- No, vayamos a casa.-
Corrigió Jed. Cogió su mano y empezó a tirar de ella hacia la salida.
- ¡Espera!, tengo que recoger mi equipaje.-
El giró con rapidez y se encaminó hacia la recogida de maletas. Llevándola a su zaga, como si fuese imperativo hacerlo a la mayor brevedad posible. Porque lo era.
Cogieron las maletas de Briana, y salieron a la carrera hacia el coche de Jed. Casi no la dejó despedirse. La metió en el asiento del acompañante y cerró la puerta. Briana nunca lo había visto tan... ¿Cómo se llamaba a una persona que arrastraba a su chica y corría como el diablo?, eso, no había una palabra para definirlo.
- Jed, ¿sucede algo?.-
- No, ¿porqué?.-
Él no apartaba la vista del tráfico, que esquivaba y adelantaba con celeridad.
- Vas demasiado deprisa.-
Jed soltó el aire y levantó levemente el pie del acelerador.
- Sí, lo siento. Es...-
- ¿Qué es?.-
- Es que tengo que meterme dentro de ti lo antes posible. Si no creo que voy a volverme loco.-
- Yo también te he echado de menos, pero me gustaría llegar a casa de una pieza.-
- No lo entiendes. En este momento soy un drogadicto que no puede esperar para tener su dosis. El síndrome de abstinencia es una mierda.-
Briana posó su mano sobre el tenso muslo de la pierna de Jed.
- Podrías habérmelo dicho, y tal vez habríamos podido encontrar un lugar en el aeropuerto para uno rápido.-
- No, Briana. Lo que necesito no se puede aliviar con uno rápido, necesito más. Quiero tomarte de tantas maneras y tantas veces como mi cuerpo resista. Y luego te dejaré descansar, y volveremos a empezar otra vez.-
- Uf. Me das miedo.-
Pero Briana no estaba temblando por miedo, le sonreía con esa sensual lujuria que sabía que le haría rogar por más.
- No, Bree. Miedo es levantarme por la mañana y no verte a mi lado, y saber que al día siguiente tampoco estarás allí. Tengo una necesidad de ti que me asusta. Necesito besarte cada vez que te veo, necesito sentirte a mi lado cada mañana antes de abrir los ojos, necesito saber que llevarás a ms hijos dentro de ti, que envejecerás a mi lado. Y si tengo que poner un anillo en tu dedo, y jurar ante docenas de personas que cuidaré de ti hasta el final de mis días, pues lo haré. Y si algún gilipollas se atreve a intentar alejarte de mí, lo mato.-
- Wow. –
- Sí, wow.-
Paró el coche en el arcén y se giró hacia ella.
- Sé que no es lo que se dice una declaración muy romántica, pero es que mi parte racional ha colapsado. Es el troglodita que llevo dentro el que ha tomado el control, y el que no aceptará una negativa. Así que será mejor que digas que sí, ponga este coche de nuevo en marcha, te lleve a casa, te haga el amor hasta saciarme y después, si aún puedes pensar, retomemos la conversación en el punto en el que te pido matrimonio.
Briana tenía la boca abierta, pero ninguna palabra salía de su garganta. Jed tampoco esperó una respuesta. Giró la llave de contacto, y se metió de nuevo en el tráfico.
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se acerca el final, pero no voy a dejaros sin historias para leer. Ya estoy preparando la tercera entrega de esta serie de "Cazadoras", y tenéis una nueva que podéis seguir "¡Préstame a tu novio!"
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Una nueva cazadora 2
RomanceBriana había disfrutado siendo la pequeña de la familia, hasta que Jed se cruzó en su camino. Entonces, dejó de ser divertido. Tenía que hacer que dejara de verla como una niña, y descubrir a la mujer que era. Pero cambiar su modo de verla no era lo...