Briana levantó la oreja de la almohada, si, no había duda, era la ducha de su cuarto de baño la que estaba oyendo. Miró el reloj despertador, jueves, y faltaban dos minutos para las 7 de la mañana. Dejó que el peso de su cerebro cayera de nuevo sobre la blanca funda, sin evitar que una traviesa sonrisa apareciera en su cara. Hoy era el segundo día que Jed dormía toda la noche en su cama, pero además, había adaptado su rutina. Se levantaba, salía a correr, volvía al apartamento, se duchaba, se cambiaba de ropa, y la despertaba 10 segundos antes de que sonara el despertador. Y la verdad, prefería hacerlo con sus labios que con el estridente pitido de aquel infernal aparato.
Escuchó la puerta del baño abrirse, y cerró los ojos, haciéndose la dormida. Sintió la presión de las rodillas de Jed hundiendo el colchón junto a su trasero. El olor a su jabón y su piel mojada la envolvió antes de sentir su cálida bienvenida, al mundo de los despiertos.
- Buenos días.-
- No te acerques debo oler fatal.-
Jed hundió su nariz en el hueco del cuello de Briana, e inhaló profundamente.
- Tu, yo y sexo, el mejor aroma del mundo.-
- ¿En serio?.-
Jed inclinó su cabeza, para que Briana mirara el lugar en el que se posaron sus ojos. Recorrer su pecho desnudo era una tentación, pero ver la erección que su pantalón de deporte no podía disimular... hacía difícil mantener la compostura de una buena chica.
- Umm, yo creo que esto es algo muy serio.-
Se inclinó sobre ella, devorando sus labios, mientras dejaba que su cuerpo recibiera su peso en todos los lugares correctos.
- No sé de donde sacas las energías. Con lo de anoche y lo de esta madrugada, me dejaste extenuada.-
- Entonces tendremos que trabajar en tu resistencia.-
- Sí, eso, y un día de estos me dejarás tan consumida que seré tan trasparente como el papel de fumar.-
- Umm, un poster a tamaño natural. Mi casillero sería la envidia del resto de los chicos.-
- Comer. Ahora.-
Jed sonrió y se hizo a un lado para que Briana pudiese levantarse.
- Traje bollos calentitos.-
- Me estás mal criando.-
- Na, solo estoy dándote una razón para que me quede a desayunar.-
- Así es imposible decirte que no.-
Jed la siguió con la mirada mientras desaparecía en el baño. Ahora era el momento.
- Esto...había pensado...¿puedo dejar algo de ropa aquí?. Así no tengo que cargar con mi bolsa cada día.-
Jed esperó su respuesta con los dedos cruzados.
- Claro, mientras no me pidas que la lave.-
- No te preocupes, yo me encargo de que no encuentres ninguno de mis calcetines apestosos.-
Briana salió con una inocente sonrisa en la cara.
- Bueno, ¿desayunamos?.-
Jed la siguió a la cocina. Él feliz de haber deslizado su jugada con tanto sigilo, ella con la confianza de que el chico estaba siguiendo los pasos en la dirección correcta.
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Una nueva cazadora 2
RomanceBriana había disfrutado siendo la pequeña de la familia, hasta que Jed se cruzó en su camino. Entonces, dejó de ser divertido. Tenía que hacer que dejara de verla como una niña, y descubrir a la mujer que era. Pero cambiar su modo de verla no era lo...