Jed contemplaba el acceso de la puerta desde su posición. Había docenas de mujeres con ropa sexy moviéndose a su alrededor, buena música sonando, una cerveza bien fría en la mano, la privacidad de estar en el enorme apartamento de uno de los compañeros de equipo, pero aún así... Era todo lo que necesitaba para pasarlo bien, al menos hasta no hace mucho. ¿Y por qué narices es estaba acechando la puerta en espera de que apareciera ella?. Pues estaba bien claro, porque le tenía bien pillado por las pelotas.
- No tienes cara de estar divirtiéndote.-
Jed volvió el rostro hacia la voz femenina a su derecha. La conocía.
- Hola Olivia.-
- Vaya, pues si que te sigues acordando de mi nombre. Como no llamabas creí que lo habías olvidado.-
Jed esbozó una sonrisa forzada, de esas que se hacían sin ninguna gana.
- He estado muy ocupado.-
- Ya, he oído algunos rumores, y espero que no sean verdad.-
- Si te refieres a que estoy con alguien, sí, es cierto.-
Olivia elevó una ceja y puso esa expresión de "no me digas".
- Pues te veo muy solo ahora. ¿Dónde está tu pareja?.-
Jed inclinó la cabeza y soltó el aire, esa chica tenía bien aprendida la lección, nunca se rendía. Seguro que más de uno habrá caído en su red sólo por cansancio.
- Llegará pronto.-
- Puedo quedarme contigo mientras esperas.-
No era una pregunta. Olivia acercó su cadera a la suya, y se recostó en la pared, a su lado. Jed dio un brincó al sentir su contacto, y se alejó todo lo que la cortesía le permitió.
- No es necesario.-
- Si él no te sirve, quizás pueda hacerlo yo.-
La voz de Mike se coló entre ellos, al tiempo que su cuerpo algo inestable se paraba a su lado. Olivia le dedicó una mirada apreciativa. Aunque fuera algunos años mayor que Jed, Mike todavía estaba apetecible para las mujeres, y llevaba más tiempo en la nómina del equipo. No es que fuera su jugador estrella, pero su no tan reciente divorcio le daba un plus para ser candidato a opción viable. Olivia lo reconoció, o eso pensó Jed, y con una sonrisa traviesa acarició el botón de su camisa que descansaba entre sus pectorales.
- ¿Me invitarás a una copa?.-
- Es barra libre, muñeca, te invitaré a las que quieras.-
Acomodó su cuerpo bajo su brazo y la comenzó a arrastrar hacia el otro extremo del salón, no sin antes dedicarle una sonrisa triunfal a Jed. Sí, se la había levantado, pero más allá de estar enfadado, estaba más que aliviado que quitársela de encima, aunque dejarla en manos de Mike... Jed sacudió la cabeza, intentando ahuyentar ese pequeño remordimiento que apareció en su conciencia. Ella tampoco era una persona muy noble que digamos, y le había hecho una sucia jugada a su amigo Chris.
Sintió un hombro chocar con el suyo, y el aroma especiado de la colonia masculina se vertió en sus pulmones, sin llegar a alcanzar a camuflar el aliento a cerveza del portador.
- Pobre conejita esa rubia, no sabe donde se está metiendo.-
- ¿Cuál rubia?.-
- Esa con la que estabas antes.-
- Ah, esa.-
Theodore inclinó su cabeza, intentando conseguir una confidencialidad a todas luces fingida, e imposible por el tono de su voz.
- Mike ha recibido hoy los papeles del abogado de su ex. –
- Pues lo lleva muy bien.-
- Igual a como tú lo llevarías, si te hubieses bebido medio bar, y fumado a saber qué.-
Jed lo miró inquisitivo. Mike no podía ser tan estúpido. Beber algo en tu tiempo de ocio era una cosa, hacerlo como estaba haciendo él desde que se separó, una estupidez. Pero meterse alguna droga encima... eso el equipo lo descubriría en los análisis rutinarios que los hacían. El cabrón se estaba jugando ser expulsado.
- No puede ser tan estúpido, el equipo lo descubrirá.-
- Ya, ese gilipollas tiene un pié fuera, sobre todo después de la acusación de violación de la otra chica.-
- ¿Qué acusación?.-
- Ups, ya he dicho demasiado.-
Theodore hizo el gesto del candado sobre su boca, y empezó una retirada táctica por la banda. Pero Jed fue más rápido, y lo aferró por la camisa, acercando su cara para que notara la seriedad de la pregunta.
- ¿Qué hizo ese imbécil?.-
- El dice que nada, que fue consentido, pero la chica... puso una denuncia la muy zorra.-
Jed soltó a Theodore con demasiada brusquedad, y caminó hacia el lugar donde vio a Mike y Olivia por última vez. Si ese hijo de puta la hacía algo, no se lo perdonaría. No por que sintiera algún tipo de afecto por ella, sino porque prácticamente había sido él quien le había lanzado en los brazos de Mike.
Buscó por todo el loft, hasta que los vio entrar abrazados en una habitación. Corrió hasta alcanzarlos, y antes de que la puerta se cerrara tras ellos, el brazo de Jed aferró y tiró de Olivia hacia fuera. Con el otro empujó a Mike, y le vio comenzar a caer en el suelo, antes de cerrar la puerta con rapidez.
- ¿Qué demonios haces?.-
- Ese hijo de puta tiene una denuncia por violación. Seguro que me lo agradecerás.-
Olivia lo tiró de su agarre para detenerlo junto a la pared, y sonrió como un lobo cuando comprendió lo que Jed había hecho.
- ¿Has venido a rescatarme?.-
Antes de que Jed pudiese responder, se encontró con los labios de Olivia devorando su boca. Aferró sus brazos con fuerza y la alejó de él tan rápido como pudo, pero la chica parecía un imán que luchaba por aferrarse a él.
- Tú nunca te aburres, ¿eh?-
Jed se quedó rígido cuando reconoció la voz. Sus ojos encontraron a Briana parada frente a ellos. ¡Mierda!
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Una nueva cazadora 2
RomanceBriana había disfrutado siendo la pequeña de la familia, hasta que Jed se cruzó en su camino. Entonces, dejó de ser divertido. Tenía que hacer que dejara de verla como una niña, y descubrir a la mujer que era. Pero cambiar su modo de verla no era lo...