"Mi madre dice que un hombre solo debe inclinarse ante tres mujeres.- mencionó el joven con una sonrisa.- Eywa, su propia madre, y...
-Y?.- Pregunto la chica frenando al ver que él se detuvo.- oh....- no tuvo más palabras pues encontró la respuesta...
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En un frío laboratorio, rodeado de blanquecinas paredes y vidrios transparentes, una inusual perturbación visitó el lugar.
— Tranquila.— dijo un hombre de lentes con voz pausada mientras extendía sus manos. — baja eso.
— ¡Aléjense!.— exclamó una pequeña pelirroja mientras se defendía con una silla de metal moviéndola de lado a lado.
— No queremos hacerte daño.— explicaba un hombre azul, extremadamente alto con un chaleco de explorador.
— ¿Que es esa cosa?.— susurró extrañada y asustada.
— ¡Hey! yo sé que es feo pero se llama Norm.—explicó el de lentes.
— ¡Oye!.— se quejó. — ¡Tú tampoco eres muy guapo que digamos!.
La joven aprovechó ese momento para huir, corrió los más rápido que pudo a lo que parecía ser una habitación vacía y cerró la puerta.
— ¡Maldición! ¿Como es que siempre termino en estas situaciones?.— se regaño a si misma.
— Niña abre la puerta.— volvió a llamar.
— ¡Oh claro! Le abriré la puerta al pitufo de dos metros.— gritó sarcástica.— Tal vez tomé malas decisiones, pero esta no será una de las que agregue a la lista.
La chica se separó de la puerta buscando una posible salida, hasta que vislumbró una ventana que daba al exterior.
— Y las Monjas dijeron que jugar videojuegos de terror no serviría de nada.— sonrió victoriosa mientras se trepaba a esta.
Maxine en cuanto tocó el pasto del exterior corrió todo lo que le dieron las piernas.
— ¡Oye!.— gritó el gigante azul.— ¡no puedes salir!
— ¡Mírame idiota!.— gritó la pelirroja mientras corría hacia un bosque que logró distinguir a la distancia.
Sin embargo al pronunciar estas palabras sintió algo distinto en el aire, pero aun así continuó respirando, aferrándose a escapar, cuando ya casi estaba llegando al bosque sus piernas comenzaron a flaquear, y comenzó a sentir su cuerpo casado, como si hubiera corrido una maratón.
— ¡Lo'ak, Atrápala!.— alguien gritó pero este fue apenas perceptible para la muchacha.
Lo siguiente que sintió como su cuerpo fue tacleado, cayendo duramente al suelo, no pasó mucho hasta que unos brazos la levantaron, estos eran largos y delgados, dirigió su vista hacia adelante y solo pudo ver unos enormes ojos amarillos que brillaban incandescentes, hasta que finalmente quedó inconsciente.
...
— ¿Tenías que hacer eso?.— regañó norm.—Pudiste romperle una pierna, es una niña.
— Dijiste atrápala.— respondió cínico alzando los hombros.— ademas yo también lo soy.
