"Mi madre dice que un hombre solo debe inclinarse ante tres mujeres.- mencionó el joven con una sonrisa.- Eywa, su propia madre, y...
-Y?.- Pregunto la chica frenando al ver que él se detuvo.- oh....- no tuvo más palabras pues encontró la respuesta...
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Maxine corría por el antiguo bosque, a su lado se encontraban kiri, spider, Tuk y lo'ak, el cual había tenido la idea de ir a curiosear en el viejo campo de batalla.
-Tuk apresúrate!.- dijo Maxine mientras corría para mantenerle el paso a lo'ak.
-porque tuvieron que traerla?.- protestó spider.
-Porque es un llorona.- respondió lo'ak.- me dijo, hermano, no puedes ir al viejo campo de batalla, le dire a mamá si no dejas que vaya.- repitió con voz infantil.
Tuk se limitó a sacarle la lengua.
-Déjala en paz.- dijo kiri.
-Tal vez debimos dejarte a ti.- dijo Max mientras se encogía de hombros.
-Asi?.- miro a Maxine retador.- el último que llega deberá obligar a bañarse a spider!
-Oigan!.- protestó spider seguido de una risa de kiri.
Maxine y lo'ak se echaron a correr dejando atrás a los demás, mientras se empujaban el uno al otro, hasta que llegaron a un helicóptero viejo, el cual estaba cubierto de lianas, que no dudaron en trepar.
Maxine ya estaba a la cabeza cuando sintió cómo tiraban de su pie abajo.
-Tramposo!.- exclamo liberándose de su agarre.
-Solo uso el entorno a mi favor.- respondió recordando sus palabras.
Lo'ak tomó el otro pie de la muchacha tirando nuevamente, con un poco más de fuerza, la suficiente para que Max por fin resbalara, con lo que no contaba el muchacho, era con ella no se había aferrado bien a la liana, cayendo.
El na'vi se apresuró a sujetarla, para que no se lastimara, en el proceso Maxine quedó sobre el, aferrando sus brazos en cuello del muchacho. Lo'ak aún se sujetaba con todas sus fuerzas a la liana que los sostenía a ambos, mientras que con el otro brazo tomaba la cintura de Maxine.
Maxine desvío la mirada viendo la distancia que los separaba del suelo, pero lo'ak no había despegado la vista de ella.
-Casi me matas.- dijo Maxine para voltear a ver al muchacho.
La pelirroja no se había percatado de la escasa distancia que los separaba por lo cual cuando se volteó hacia el, sus labios se tocaron, sintiendo por primera vez la suavidad y el calor del otro, solo un pequeño roce, despertó en lo'ak el anhelo de continuar.
Los ojos de ambos se abrieron de par en par por la sorpresa, pero los nervios del muchacho lo traicionaron y soltó la liana que los sujetaba, provocando que ambos cayeran estrepitosamente al piso.
-Idiota!.- exclamó Maxine adolorida.
-Tu caíste arriba mío!.- protestó el muchacho mientras se arreglaba sus trenzas.
