"Mi madre dice que un hombre solo debe inclinarse ante tres mujeres.- mencionó el joven con una sonrisa.- Eywa, su propia madre, y...
-Y?.- Pregunto la chica frenando al ver que él se detuvo.- oh....- no tuvo más palabras pues encontró la respuesta...
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Neteyam ingresó a la tienda de Tonowari, escoltado por uno de los guerreros del clan. En cuanto entró, vió a Diatro arrodillado mientras era sometido por dos guerreros de la tribu.
Tonowari se encontraba junto a su esposa en la espera del mayor de los sully.
— Te veo, Tonowari. — saludó neteyam con respeto.— te veo Ronal.
— Te veo Neteyam.— respondió Tonowari, sin embargo Ronal se limitó a asentir.
— Señor, lamento mucho lo que ocurrió con Ao'nung.— se disculpó manteniéndole la mirada.— Pero no vengo aquí a justificar mis acciones, no me corresponde, pues dudo que a algún padre le guste escuchar cosas malas sobre su hijo.
— Estás en lo cierto.— respondió Ronal acercándose a él, sabia perfectamente que Ao'nung no era inocente, pero lo defendería de ser necesario.
— Pero si vengo a tomar responsabilidad por la vida de Diatro.— Neteyam se inclinó ante Tonowari.
Tonowari hizo una mueca, el muchacho era un joven de gran corazón.
Diatro por su parte quien había permanecido callado y con la cabeza gacha, dirigió su mirada por primera vez a Neteyam.
—Levanta la cabeza, hijo de Toruk Makto.— dijo con voz firme.
— Señor, cualquier castigo que quiera aplicarle, que recaiga sobre mi.— pidió con seriedad.
Tonowari sonrió levemente con disimulo, era un buen chico, sin dudas algún día, un gran líder también.
— No.— habló el prisionero por primera vez.— Esto no tiene que ver contigo.— Diatro no sabía porque, pero el dejar que Neteyam se eche la culpa lo acongojaba.
— Cállate.— exclamó Ronal, recibiendo una mirada molesta de Diatro.
— ¿Porque harías eso?.— preguntó Tonowari ignorándolos.— Los muchachos pelean, eso es normal, sin embargo este... ser.— apuntó al trotasueños.— No es de nuestra tribu, ni de tu familia, ¿ Por qué debería perdonarle haber agredido a mi hijo y a miembros del clan?.
— Diatro responde a mi.— dijo Neteyam desviando su mirada hacia el prisionero.— Tiene voluntad propia, es cierto, pero su seguridad depende de mi, de creerme en peligro es su instinto ayudarme.
— ¡Oye!.— exclamó el mencionado, molesto.— ¡No soy tu maldito perro!
— Es como asegurar su propia supervivencia.—interrumpió Ronal barriendo con la mirada al joven.— Así son los de su raza.
Diatro solo hizo una mueca de disgusto, sabía de sobra que aquella mujer lo odiaba, pero poco le importaba.
— Por favor.— Neteyam continuaba serio.— No merece pagar con su vida, este error.— los ojos del joven lo miraron desafiante.— Usted es el olo'eyktan, confío en que sabe lo que es justo.
