Soulmate| jjk. ✓

𝚌𝚞𝚊𝚛𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝚞𝚗𝚘

Valery retrocede hacia atrás sin ver, teniendo los ojos puestos sobre aquel lobo que tanto le atemorizaba, pues había sido el único que la atacó sin motivo alguno, sin contar que los ojos amarillos la congelaban del terror. Tomó con fuerza sus zapatos, mientras con la otra mano levantó su capa para que no le moleste al momento de correr, porque eso haría; huir.

Lo peor es que se sentía totalmente inútil, tanto ella como el lobo sabían que ella le ganaría si peleaban cuerpo a cuerpo, él estando en su forma lobuna sería más complicado, sí, pero no imposible. De igual manera, ella no podía, tenía algo que la hacía no poder pelear con el animal, quizá porque nunca peleó de esa manera, la pelea más ruda que tuvo en toda su vida fue una guerra de almohadas con NamJoon, que terminó con él lanzando un tacón de su madre y la golpeó en la frente, pero fuera de eso, nada agresivo. O quizá porque era el hermano de JungKook no quería lastimarlo, quién sabe.

Cuando se dió vuelta, dispuesta a correr, apenas llegó a dar unos cuantos pasos cuando el cuerpo del lobo la tiró directamente de boca al suelo, llenando así su rostro de la fría nieve. Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo completo, tenía el cuerpo de aquel enorme lobo sobre ella y escuchaba su respiración, también sintió algo húmedo caer sobre la parte trasera de su cuello, siendo la saliva de éste. Valery se dió la vuelta, como pudo, pues no podía defenderse mucho si estaba boca abajo.

Pero fue un error.

Verle el rostro directamente a tan solo centímetros la había hecho maldecir en un bajo volumen de voz. Pensaba que era una idiota por haber ido a la casa de JungKook, podía esperar a otro día a que él se acerque para pedirse perdón mutuamente, pero no, ahí fue la vampira de testaruda a salvar su relación no existente. Los ojos amarillos la veían fijamente, con diversión, como si tenerla bajo sus garras fuera lo mejor del mundo. MinGan mostraba sus colmillos filosos, teniendo la boca abierta a Valery le caía la saliva del animal, y eso le causaba ganas de vomitar, pero estaba en un punto donde no sabía si quería devolver la sangre por asco o por miedo.

Los ojos de ambos se conectaron, y Valery se odió por estar tan segura que en ese momento moriría, al igual que murió su madre. Hace años no le hubiera importado morir, pero ahora, que estaba formando algo lindo con JungKook, que las cosas iban bien con NamJoon o JiMin, que podía ser testigo de ver como su mejor amigo se enamoraba locamente por alguien, tenía que morir. En su cuerpo ya no cabía una gota de esperanza para salir de ahí con vida, haga lo que haga, él le ganaría. Pero por el lado de MinGan, él sabía que no podía lastimarla, por mucho que lo deseara.

Ella llevaba el olor de su hermano.

Cerró los ojos, dispuesta a morir sin poner ni un pero, pues sabía que lo haga o no su final sería el mismo. Lo último que imaginó fue el rostro de JungKook, la forma en la que le brillan los ojos de una manera tan tierna y preciosa, sus besos y abrazos tan cálidos, y su primer encuentro, que a pesar de que ella lo trataba de manera distante él se quedó y continuó esperando que la vampira saque su lado amoroso. Valery escuchó el gruñir del lobo sobre ella, y sabía que estaba abriendo su boca posiblemente para comerla.

No llegó a sentir ningún diente, rasguño o cualquier cosa que logre lastimarla, al contrario, sintió como era liberada del cuerpo del enorme lobo. Abrió los ojos y miró a su derecha, donde estaba el lobo negro y YoonGi enseñándose los dientes. Aunque Min le juró a su mejor amigo que nunca lastimaría a su hermano, por mucho odio que le tenga, sabe que JungKook jamás le perdonaría que él se quedase viendo como lastiman a la...vampira que tiene por alma gemela.

YoonGi no se había ido, estaba escondido detrás de unos árboles lamiendo sus patas después de dejar a Valery, pues su lobo le advertía que algo iba a pasar, así que, a pesar de que no quisiera, él se quedó ahí, vigilando a la chica de cabello negro. Cuando notó que MinGan la iba a atacar, sin importarle saber que la vampira era alma gemela de su hermano por el olor que lleva, corrió con todas sus fuerzas y lo empujó de encima de Valery, enterrando de lleno su osico en el costado del menor.