Soulmate| jjk. ✓

𝚜𝚒𝚎𝚝𝚎

Valery simplemente rió sin gracia, intentando hacerle creer al lobo que estaba mintiendo o diciendo un disparate. Ella misma sabía que lo que decía era puramente verdad, pero temía lo que podía llegar a pasar, además, lo veía muy imposible, justamente por eso no creía en las almas gemelas y su historia. Habían cosas que simplemente (y por obvias razones) no podían suceder entre ellos.

⎯ Oye, ¿Te han dicho que tienes un muy buen sentido del humor?⎯ preguntó con un falso tono divertido, sintiéndose estúpida. JungKook frunció el ceño con molestia mientras ladeaba un poco la cabeza, pensando que la pelinegra se volvió loca.

⎯ No te estoy haciendo una broma, Valery. De verdad somos mates, o almas gemelas, cómo quieras llamarlo.⎯ dijo sincero. En sus ojos se notaba ese brillo de sinceridad e inocencia, que por primera vez, hizo que Valery se sienta verdaderamente culpable por querer manipularlo, haciéndole creer que nunca podían ser nada ellos.

En sí Valery no cree en las almas gemelas, por muchas razones, pero una de ellas es que sabía que estos casos se podían dar, muy escasamente, y no tenían un final feliz como todas las otras parejas. No era la primera vez que un licántropo y un vampiro estaban destinados a ser pareja, y lo intentaron, pero el final fue trágico. El único hijo que habían tenido falleció en el parto por problemas respiratorios, luego el vampiro en un ataque de hambre mató a su hembra para beber la sangre, y al darse cuenta de ello tuvo un fuerte dolor en el corazón por tres días, que fueron justamente sus últimos tres días de vida porque la tristeza lo hizo acabar con su eternidad.

Valery no quería acabar en eso. No quería matar a quien decía ser su alma gemela, ni cargar con la tristeza de un hijo muerto por querer intentar algo que era casi imposible. Además, ella no estaba enamorada de JungKook, lo conocía hace muy poco tiempo, y fuera de que físicamente sí podía ser atractivo y demás, no tenía ese deseo de querer estar toda la vida con él. Es más, ella confirmaba que eran almas gemelas por las emociones que ella sintió, pero no sabía si JungKook también las había sentido o solo lo fingía. Lamentablemente es algo de lo que siempre tendría sus dudas, porque aunque quisiera, no puede meterse en la mente, o corazón, de JungKook para saber si verdaderamente en algún momento, porque ahora no podría encontrar nada, él iba a poder amarla en serio, o lo hacía porque la madre luna los juntó, quizás incluso confundía amor con costumbre, porque a fin de cuentas, una vez que se juntan dos almas gemelas no iban a poder separarse hasta el día de su muerte, estaban obligados a acostumbrarse al otro, les guste o no.

No pensaba arriesgarse a decir algo que sintió por una fracción de segundos cuando quizá en un futuro ya no sentía eso. Podía ser muy frívola y cerrada en sí misma, pero no quería ilusionar a alguien que se veía bueno e inocente. JungKook creía en eso de las almas gemelas, y estaba bien, ella no confiaba en eso porque le parecía absurdo como un ser del más allá podía destinar a dos personas que quizás no se conocían en lo absoluto, o en el peor de los casos, se llevaban tantos años de diferencia que tranquilamente uno podría ser el padre, o la madre, de su pareja. Era tierno el tener un destinado hasta que descubrías casos más turbios, en algunos hasta propios familiares terminaban entrelazados, llevando a consecuencias graves como tener hijos con discapacidades por culpa del incesto. Ella no quería cortar las ilusiones del licántropo, pero recién se conocían, no podían simplemente empezar una relación porque la madre luna los emparejó.

⎯ Es técnicamente imposible.⎯ sonrió algo tensa para después señalarlo a él y luego a ella misma, y así repetidas veces.⎯ Somos...somos distintos.

⎯ ¿Por qué no me crees?⎯ preguntó con tristeza él. Su lobo se sentía deprimido y estaba aullando por la tristeza, y en el rostro del castaño se notaban esos sentimientos, cosa que la hacían sentir peor.