𝚍𝚘𝚜

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JungKook se encontraba en su cuarto acostado boca abajo en su cama, impidiendo que se escuche su llanto porque no quería volver a tener esa charla tan tonta con su madre, porque sí, ya lo habían hablado, pero al final siempre terminaba en lo mismo.

" Lo siento cielo, pero es tu deber."

Él no quería que ese sea su deber, no pidió nacer en la familia que nació y mucho menos querer ser líder de una manada. Era mucha responsabilidad para alguien como él, que solo quiere disfrutar su vida, enamorarse, conocer, ser libre. No quería vivir atado al trabajo, no disfrutar con su familia y tener que mostrarse como una mierda para que tengan respeto por él. No deseaba eso. Ser líder de una manada era casi sinónimo de estar en una cárcel, su padre se perdió muchos cumpleaños, navidades, cualquier celebración en sí, por estar cumpliendo con su deber. Y sí, habían veces en las que él mismo decidía quedarse trabajando, pues al ser el líder digamos que podía saltarse algunas juntas o posponerlas para que no sea en el cumpleaños de alguno de sus hijos, de su mujer o el suyo, pero no lo hacía, era un esclavo del trabajo, y a pesar de que discutió demasiadas veces con su esposa por ese tema, nunca cambió. Era lo único que de entrada le había dicho a ella que nunca cambiaría; primero estaba su puesto de alfa en la manada, luego su familia. Hasta el día de hoy eso le dolía a su mujer como si fuera una daga clavándose en su cuerpo uba y otra vez, porque por más que lo intente, siempre iban a estar en un segundo plano para el amor de su vida.

Sabía que su hermano podía ser muy egoísta, Mingan era el que más compartía cosas con su padre definitivamente. Desde los nueve años que había mostrado ser mucho más maduro y sus ganas de ser líder de la manada, y aunque siempre le dijeron que por obvias razones no se podía, él seguía insistiéndole a su padre, hasta que eso terminó en una fuerte discusión que lo mandó al calabozo por una semana cuando insultó a su hermano mayor, diciendo que era un inmaduro inútil para ese puesto tan importante.

A pesar de eso, Mingan ama a su hermano mayor, de eso no había dudas, y JungKook también amaba a su hermano menor, solo que tienen esa gran diferencia. Más de una vez pelearon por eso, ya que es el único motivo por el que verdaderamente pelean hasta llegar al punto de decirse cosas hirientes o lastimarse físicamente. A Mingan no le temblaba la mano para atacar a su hermano cuando se trataba del liderazgo, y a JungKook tampoco le temblaba a la hora de defenderse.

⎯ ¿Otra vez estás llorando por eso?⎯ escuchó y se dió vuelta asustado, pensando que todo ese tiempo había estado solo. Su hermano estaba apoyado en el armario color negro de JungKook, con los brazos cruzados, mirándolo con seriedad.

Mingan llevaba el cabello largo y de su color natural; negro. Le gustaba sujetarlo en una media coleta cuando estaba dentro de casa. Era más alto que JungKook a pesar de tener dos años menos, esto porque le gustaba mucho el ejercicio, llegando al punto de volverse su adicción, pero sus padres no hacían nada porque pensaban que ejercitarse estaba bien y no lo veían como algo preocupante, sin saber que su hijo tenía una muy clara dismorfia física de la cual no hablaba. Llevaba el calco de los ojos de su padre, fríos y oscuros, pequeños y largos, su hermana tenía los mismos pero los de ella sí eran más expresivos y dulces. Rieka y Mingan a pesar de ser mellizos no tenían más cosas en común aparte de sus físicos.

⎯ Me asustaste.⎯ dijo el mayor limpiando sus lágrimas. Mingan rodó los ojos acercándose a la cama para sentarse y abrazarlo. Jeon suspiró.⎯ No quiero hacerlo, Min.

⎯ Convence a papá de que quieres que sea yo el líder.

⎯ Ya lo intenté, me amenazó con terminar en el calabozo.⎯ mintió.

En realidad, tiró la indirecta, pero su padre de entrada dijo que no, y mucho no iba a insistir sabiendo que terminaría una semana (o quizá más, viendo la gravedad del tema) encerrado en el calabozo. JungKook tampoco quería que su hermano sea líder, lo consideraba muy malo con respecto a los pobres y personas con bajos recursos, pero, con tal de no tener que liderar él, le daba el puesto a cualquiera. Es verdad que para tener un puesto tan importante en la manada se debía ver por un bien común, tener las ideas muy claras y demás, pero su hermano pasaba los límites cuando mostraba su obvia repulsión hacia la gente que no había nacido con los mismos beneficios que él, porque para algunos, el tener un plato de comida todas las noches era un lujo, del cual los que lo tenían no se daban cuenta de eso. MinGan era un clasista de primera, y nadie sabía por qué pensaba de esa forma cuando todos en su familia pensaban distinto, pero a pesar de que muchas veces intentaron hacerlo cambiar de opinión, nunca lo lograron.

Soulmate| jjk. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora