Soulmate| jjk. ✓

𝚞𝚗𝚘

En las profundidades del bosque invernal cubierto por la blanca nieve se encontraban las criaturas que normalmente tus abuelos o padres te contaban y se creía que no existían, eran un mito, o hasta algunas veces se usaban para asustar a los niños y provocar que no anden solos por lugares poco concurridos. Y a decir verdad, esas personas no estaban equivocadas, sí había habitantes en el bosque, pero no como los humanos que pertenecen a la ciudad por lo general, ellos eran más...especiales.

Algunos decían que todos ellos eran hijos del diablo, y quizá no estén tan confundidos, pero eso es algo que nunca se comprobará, por falta de pruebas o demás. La verdad que en el año 2022 los humanos eran más listos de lo que cualquiera podía creer, pero siempre hay algo, o alguien que está un paso delante de ellos, y se aseguraba de cuidar de éstas criaturas. Los que creen que son hijos del demonio, o como algunos lo conocían, Lucifer, es porque piensan que él los creó para mantener vigilado el mundo humano, al igual que Dios había mandado a sus ángeles en distintas formas, Lucifer decidió hacer lo mismo.

Pero ey, no se crean que por ser hijos del ángel con alas negras sean malos, de hecho, eran más buenos que algunos ángeles, pero nadie vería eso por dos simples razones. La primera es que ningún humano vivió para contar cuando conoció a alguno de éstos seres, siempre morían por alguna u otra razón. Y la segunda, que pertenezcan a este lado no los hace malos, todos tenemos luz y oscuridad en nuestros corazones.

Además...

⎯ ¡Te atrapé, corre!

Sí, ahí estaba el ejemplo de que no todos eran malos.

⎯ Ya estamos bastantes grandes para estos juegos, ¿No crees?⎯ respondió el mayor con aburrimiento mientras mordía sus uñas. El menor hizo un puchero e intentó convencer a su mejor amigo de jugar.⎯ Ah no, no me hagas esa cara.

⎯ ¡Pero YoonGi Hyung!⎯ hizo berrinche el castaño que tenía algo de nieve en sus cabellos.⎯ Mis hermanos no quieren jugar conmigo. Mingan está con su soulmate y Rieka también.

⎯ ¿No es tiempo de que busques la tuya, pequeño sarnoso?

JungKook suspiró al escuchar eso. Ser el mayor de tres hermanos no era para nada fácil, menos cuando tenías un padre tan exigente y que tiene esperanzas de hacerte alfa de la manada antes de los veinticinco años, aún le faltaban muchos años para llegar a esa edad, pero si había algo que destacaba en su familia era la fidelidad a los suyos y el tener todo en el orden correcto; pareja, casamiento, marca, hijos, liderazgo. JungKook no tenía ni una sola cosa de todo eso. Sus dos hermanos menores ya habían encontrado a sus parejas de vida respectivamente, y todos en la manada creían que JungKook sería el primero en hacerlo porque...bueno, es el primer hijo y futuro líder, ¿Cómo podría gobernar sin una o un omega a su lado?

Todos llegaron a pensar que el hijo mayor de los Jeon era un omega oculto, o quizá un beta, porque cuando lo emparejaban con una omega terminaba rechazándola, generando la vergüenza de su padre, que a lo largo de su vida ya le había buscado más de cinco betas y omegas, ninguno quedaba con su hijo. Hasta el mismo JungKook se sintió avergonzado de no encontrar a su pareja de vida, y aunque mucho no le interesa porque él es uno de los que cree que el amor llega cuando tiene que llegar, tener a sus padres detrás insistiendo en que marque a alguna omega para tener cachorros comenzaba a molestarlo. Era joven, y no era que no quería ser padre, era uno de sus tantos sueños en la vida, pero tampoco quería apresurar las cosas. De suerte se mantenía vivo él, se le hacía imposible la idea de poder cuidar a otro ser sin quería muera al segundo día.

Tenía diecinueve años, era un niño, él solo quería aprender del mundo y jugar. Bueno, sí tenía sus momentos que no era para nada un niño, ya tuvo su primer celo y acompañante para pasarlo, pero fuera de eso, JungKook se consideraba a si mismo un alfa diferente a los demás. Sí, quería tener cachorros y una familia feliz, pero no a las apuradas, no por obligación. Quería enamorarse de verdad, sin pensar que necesitaba un acompañante para poder ser líder.