Soulmate| jjk. ✓

𝚟𝚎𝚒𝚗𝚝𝚒𝚌𝚞𝚊𝚝𝚛𝚘

Un nuevo día se aproximó y esta vez Valery despertó por escuchar voces en su habitación. Se estiró en su cama y se sentó, abriendo sus ojos pero sin encontrar a nadie. Rodó los ojos y acomodó un poco su cabello, para después mirar el techo y encontrar dos personas colgadas cabeza abajo mientras se susurraban entre ellas, intentando guardar silencio. Sonrió viendo como JiMin y NamJoon se peleaban entre sí.

⎯ Ya los ví.

Al hablar tan repentinamente logró que su mejor amigo se caiga, golpeando su cabeza con el suelo para después levantarse, sobando la zona golpeada, mientras la miraba mal. NamJoon, por su parte, bajó elegantemente, como siempre. Se acercó a su hermana y la abrazó por los hombros antes de dar un beso en su cabeza. Para él, ver crecer a su hermanita siempre va a ser algo...dificultoso de ver, pues la conoció desde que estaba en el vientre de su madre, y aún ver pinturas que habían hecho cuando ella era una bebé, y encontrarla ahora siendo toda una mujer, se le llenaba el corazón de nostalgia.

⎯ Feliz cumpleaños hermanita.

⎯ Dale que 2508 años no son nada.⎯ alentó Park desde el suelo. Valery sonrió mientras se soltaba de los brazos de su hermano, pues sabía que JiMin haría lo mismo de siempre y alejó al mayor para que no resulte golpeado. Su mejor amigo se colocó lo más lejos que podía de la cama de ella, para después empezar a correr hasta caer sobre el cuerpo de ella, dándole un abrazo efusivo. Todos los años era lo mismo.⎯ ¡Feliz cumpleaños vampirita de mi vida, te amooo!⎯ gritó feliz comenzando a darle besos en todo el rostro menos los labios, en uno de esos terminó metiendo su lengua en la nariz de ella para molestarla, y recibió un golpe en la cabeza que lo tiró al otro lado de la cama.

JiMin no estaba tanto en la situación de NamJoon, ya que él nació tiempo después que Valery, pero sí siempre le va a dar ternura recordar a esa bebé en pañales que corría para todos lados y lloraba cuando le quitaban sus muñecas de trapo que a Park le causaban pesadillas. Toda su vida la vivió a su lado, por ende conoce a la Valery de todas las edades y todas las épocas, desde cuando era una niña caprichosa hasta ahora que es una mujer adulta y piensa más razonablemente.

La vampira se levantó e hizo su rutina de todos los días, solo que está vez estaba con regalos por todas partes, pues ser la princesa del pueblo la hacía tener ciertos privilegios. Los regalos que claramente más había amado fueron los que le dieron sus más cercanos, NamJoon le regaló unos cuantos libros actuales que compró en una librería del pueblo humano (casi muere cuando fue allí), Celine le hizo un gran pastel con sangre y crema blanca, la cual la vampira tenía una extraña adicción a pesar de ser comida que no podía ingerir, y JiMin dejó unos aretes y pulseras de oro, las cuales él sabía que su amiga tenía muchos, pero ella apreciaba más los que él le regaló. Después, su pueblo le regaló otras cosas; vestidos, joyas baratas, dibujos, pinturas, zapatos, entre otras cosas.

La chica, muy dificultosamente, pudo salir de su castillo cuando JiMin y NamJoon no se percataron, pues ella quería ver a JungKook pero su mejor amigo y hermano no la dejaban ni un segundo sola. Así que, con un libro entre sus manos, su vestido celeste que dejaba al descubierto sus clavículas, salió en búsqueda del licántropo, quien ya la estaba esperando en el árbol de siempre. Él sonrió cuando la vió llegar.

⎯ Feliz cumpleaños, dientitos.⎯ felicitó y las mejillas de ella se sonrojaron levemente, causando que el corazón de él de un vuelco. Tenía dos regalos para ella, uno estaba en su bolsillo, y el otro en su cabaña.⎯ Mira, ¿Te gusta?

Sacó una cadena dorada del bolsillo de sus pantalones negros, tenía un dije colgando el cual era un corazón rojo hecho por rubíes. El collar pertenecía a su madre, se lo regaló el señor Jeon cuando se conocieron y ella se lo dió a su primer hijo con la esperanza de que algún día aquel colgante pertenezca a su nuera, por parte del hijo mayor. JungKook consideró que era el momento perfecto para darle dicha reliquia, casi familiar.