Tenerla en casa

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Jueves, 12 de septiembre del 2019

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Jueves, 12 de septiembre del 2019


Verla en esta casa me recuerda a esos años en los que podía gritarle al mundo que una mujer tan hermosa era mi esposa, un tiempo en el que no era lo suficientemente hombre para mantenerla a mi lado, un tiempo en el que ella no me amaba y jugaba conmigo; nunca me vio como su hombre, Scott siempre estuvo en medio. Contemplarla semidesnuda, ver su piel me recordó los momentos en los que no podía dejar de mirarla, periodo en el cual sentía tanto por ella y no sabía cómo demostrarlo porque era un bruto.

Bajo la escalera, decepcionado; quise acariciarla y recordarle que no he conocido a otra mujer como ella, pero para ella siempre habrá uno mejor, su mejor amigo Scott. Me encierro en el despacho como vengo haciendo desde que ella me abandonó, desde que ella al fin abrió su corazón a la verdad y entendió que no quería solo ver de lejos a Scott, así que se marchó con él.

Después de pasar lo que fueron varias horas encerrado en aquel lugar, sin siquiera ir a cenar, he decidido que es hora de salir; voy caminando a la cocina cuando escucho un ruido proveniente de ahí, entro con cuidado para no prevenir a nadie y la ...

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Después de pasar lo que fueron varias horas encerrado en aquel lugar, sin siquiera ir a cenar, he decidido que es hora de salir; voy caminando a la cocina cuando escucho un ruido proveniente de ahí, entro con cuidado para no prevenir a nadie y la encuentro a ella.

¿Te ha dado hambre? —pregunto haciendo que se sobresalte; gira más recuperada con un vaso de leche en las manos—. Creí que dormías.

Es difícil dormir tranquila en el infierno —inquiere con sorna hasta que nota que habla conmigo—. Lo siento.

No te preocupes, entiendo que no te guste —me acerco al refrigerador y saco el jugo, tomo un vaso y me sirvo ; noto que no se pierde de ningún detalle de los movimientos que realizo.

¿Cómo le haces? —cuestiona a lo que yo frunzo mi ceño sin entender a qué se refiere, ya que dudo que me esté preguntando como sirvo jugo—. Bueno, ¿cómo le harás? Ahora que Jake está aquí, ¿cómo lograrás verla? ¿Qué entre?

¿Ella, quien? —pregunto aún confundido.

Tu novia, Vaughn.

¿Hablas de Alondra? —asiente—. Ella no entra aquí, no desde que tú viviste en este lugar. Esta casa es de nuestro matrimonio y así se quedó —me siento a su lado y la miro fijamente—. ¿Jake sabía quién era su padre? —pregunto cambiando de tema; con el que logro que sus ojos se abran en exceso, al oírme.

¿Existe una segunda oportunidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora