Martes, 17 de diciembre del 2019
Veinte horas después...
A esta hora todos están agotados, lo que demoró en prender todo el sistema alcanzó para que el desgraciado desapareciera y con él, ella. Dante entró en pánico y tuvo que venir Zoe a calmarlo antes de que pudiera contarnos que la primera vez sucedió lo mismo; Tanza llevaba un chip rastreador en la uña y cuando desapareció le costó dar con ella porque desaparecía el rastro de la antena. Es decir, ahora estamos todos iguales, sin rastro.
Y casi nadie ha logrado dormir como corresponde; mis suegros están desesperados, perder un hijo junto a un asesino debe ser lo peor, Tristán se ve igual de desolado que yo, pero no estamos peor que Dante. Él no ha parado de buscar con desesperación a pesar de que su mirada refleja el miedo que tiene en su interior. Para él, ella es un ser importante, es su mejor amiga desde que son niños, de verdad es su otra mitad; es como su melliza, sin ella, él moriría.
—¡La encontré! La señal rebota —vocifera Agustín, quien es un analista y no un repartidor de llaves, como dijo ella—, pero se mantiene entre estas —le explica a Dante.
—Prepárense porque nos vamos —anuncia Jonathan.
—Iremos contigo —dice Noah al tomar la muñeca de Dante—, es nuestra hermana, no nos dejarás aquí —este mira a Jonathan, quien termina por aceptar ante la obstinación de mi mejor amigo.
—Pero no se entrometan, por favor —pide Dante entre susurros—. Scar, Ángel; arriba, nos vamos —veo a las mujeres levantarse del piso y arreglarse como ellos, y aunque, todavía no entiendo sus apodos, ya tendré tiempo para preguntar.
Despierto dentro de una caja, la cual está cerrada, pero me permite respirar; es ajustada y poco cómoda, como la recuerdo. Las esposas han desaparecido y mi ropa ha pasado de existente a ser inexistente, no obstante, sobre mi cuerpo hay una polera blanca que es delgada y no me quita el frío. Por otro lado, el aire que ingresa es poco, así que no me permite gritar a todo pulmón como me gustaría.
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¿Existe una segunda oportunidad?
De Todo«Lo acabas de decir te amaba, esa mujer que hacía eso desapareció el día que se fue de tu casa. Arruinada y destruida, en ese momento nació esta mujer; la que ves ahora». Ella y él, dirían que no estaban para nada destinados a estar juntos si no fue...