Quiero el divorcio

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Miércoles, 27 de noviembre del 2019

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Miércoles, 27 de noviembre del 2019


Al día siguiente me despierto por fortuna con el sonido de la alarma y corro al piso superior para ducharme. Paso frente al espejo del lavamanos, notando que de a poco el moretón desaparece, dejando solo pequeños cardenales casi imperceptibles; luego me visto con lo que encuentro en el closet y salgo tan rápido de casa que dudo que alguien me haya visto salir o escuchado al menos.

Cuando llego a la empresa ingreso al baño de la planta principal para ver si mi atuendo combina; me coloque una falda tubo, con una blusa pegada al cuerpo en tono blanco de manga larga y cuello en V junto a unos stilettos color blanco, finalmente, salgo del lugar y subo al ascensor cuando mis dudas son eliminadas. Al llegar al piso 9 me dirijo a la oficina de presidencia donde debe estar mi hermano. Laura aún no ha llegado a trabajar, por lo que me toca avisar mi llegada, directo en la puerta. Golpeo un par de veces antes de ingresar, he tomado una decisión y creo que es momento de que él la conozca.

Debemos hablar —espeto al ingresar, pero no está solo, a su lado está mi hermano menor y mirando por la ventana se encuentra Vaughn.

¿De qué? —pregunta con tranquilidad, posicionando ambos codos sobre el escritorio para descansar sobre sus manos su mandíbula.

Renuncio —extiendo mi brazo con la carta que escribí anoche—, soy la suplente de abogado, así que renuncio, solo tengo que velar por mis acciones.

No lo permitiré —afirma con tono brusco.

Es que no tienes que permitirlo, no quiero estar aquí —replico—. No quiero tener que ver con la familia, me valí por mí sola por años y me alejé de ustedes porque sabía que si volvía me vincularían con él otra vez; no quiero eso, Noah.

No te preocupes, Noemy —habla Vaughn—. Con todo lo que oí, me di cuenta de que de verdad no quiero a mi lado a alguien como tú. Esto es de mi abogado —se gira para entregarme un sobre que abro rápidamente; saco de adentro una citación para firmar el divorcio y mentiría si dijera que no me dolió, pero como dije mentiría—, espero lo firmes.

Estaré ahí, no te preocupes —giro sobre mis talones.

Pelearé la custodia compartida de Jake —anuncia.

¿Te crees con el maldito derecho de humillarme solo porque bebía? —pregunto un poco colérica y quizás a la defensiva.

No, lo hago por tu relación, no quiero que Jake vea eso —me río sin gracia.

Lo siento, se me olvida que eres moralista, pero no tienes el derecho a decidir qué es lo mejor que él vea, cuando tú no eres la mejor versión o el ejemplo a seguir —me acerco lo suficiente como para escupirle la cara al hablar si quisiera—. Un adúltero no tiene derecho a reprocharle nada a alguien que tenía una relación antes de él. No tienes cara, Vaughn. ¡Avergüénzate! —estoy saliendo cuando giro mi cabeza—. Estaré en la reunión y será la última.

¿Existe una segunda oportunidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora