El enemigo en la empresa

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Martes, 10 de septiembre del 2019

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Martes, 10 de septiembre del 2019


Llego a la empresa de mi familia y entro casi corriendo al ascensor; Noah me cito porque tenemos un problema y quiere saber si es legal. No me explicó mucho, pero me hizo salir corriendo del bufete y dejar un caso a medio empezar. Salgo del artefacto y camino por el pasillo que lleva a la oficina presidencial, toco la puerta y espero que me den permiso para entrar.

Pase —entro cuando Noah está terminando una llamada y dejando el celular en el escritorio.

¿Qué es lo que te perturba, hermanito? —digo sentándome en la silla.

Dos de nuestros accionistas han vendido sus acciones completas sin consultarnos —comienza a contarme lo que ha sucedido, pero es interrumpido por otro golpe en la puerta; accede a la petición y entra Gael—. Bueno, ahora que estamos todos, ¿quiero saber si eso es posible?

Por lo que explicas eran acciones propias, no podemos meter mano en esa situación, pero díganme, ¿se las vendieron a la misma persona? —intercalo mi mirada entre ambos—. Si fuera así y sus acciones fueran mayor a las nuestras, estaríamos en problemas.

Vendidas a diferentes personas —agrega Gael a quien no había tenido tiempo de escanear, pero está idéntico a nuestro hermano mayor, solo que con sus rasgos más dulces y sus ojos igual de azules que los de nuestra madre, sin embargo, hasta en lo de la altura lo iguala; está claro que yo salí favorecida con la altura de mi madre y ellos con la de nuestro padre.

Entonces no hay problemas, más que esperar que las personas que las compraron no sean conflictivas y se pueda seguir llevando tranquila la vida de esta empresa. ¿Cuándo los conocerán?

Hoy conoceremos a uno, de la otra persona no sabemos nada —responde Noah—, tienes que estar presente.

Si no tengo opción. Estaré en mi oficina, avísame cuando me necesiten —me levanto y salgo del despacho de mi hermano mayor.

 Estaré en mi oficina, avísame cuando me necesiten —me levanto y salgo del despacho de mi hermano mayor

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Horas más tarde me encuentro caminando a la sala de juntas. Abro la puerta concentrada en la conversación que mantengo con Cas.

Buenas tardes. Noah, Jake quiere verte —levanto la cabeza encontrándome que la he cagado—. Dime, ¿qué él no es el nuevo accionista? —Noah me sonríe con lástima.

¿Existe una segunda oportunidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora