Viernes, 13 de diciembre del 2019
La espera se vuelve eterna, a pesar de que recién han pasado diez minutos; seguimos todos afuera, aunque la mayoría se encuentra reunidos conversando de cosas sin sentido para aligerar el momento. Por mi parte, me encuentro alejada del área de fumadores y repasando mentalmente, una y otra vez, lo que he dicho en mi alegato. Dante dio el alegato inicial, por ende, yo debía cerrar, solo espero haya sido lo suficientemente bueno como para ganar, y debido a las dudas que tengo es que me mantengo aislada, no me encuentro en un estado bueno como para escuchar a alguien.
Desde mi lugar diviso al hombre responsable de dirigirnos a la sala, él avisa que el jurado tomó su decisión y lo rápido que lo hicieron, me causa nervios. Ingresamos a la sala y esperamos que, entre el juez junto al jurado, quienes deben comentar su decisión.
El jurado entra en la sala cuando el juez ordena que nos levantemos. De soslayo solo logro ver como Dante le sonríe al chico e intentaría hacer lo mismo, pero desgraciadamente estoy rígida esperando la resolución.
—Presidente del jurado, nos comunica la decisión —pide el juez pausadamente.
Me dedico a escuchar todo lo que dicen, pero solo hay una parte que me interesa y es la decisión. Aprieto mis dientes, instintivamente; cierro mis ojos a pesar de que tengo la cabeza levantada al cielo. Siento el sudor frío recorrer mi espalda, todo por dicha espera.
—Por decisión unánime, el jurado declara al demandado —aprieto, un poco más ojos y mi respiración pasa a ser agitada—. "Inocente".
El alma me vuelve al cuerpo tan rápido como me dejó, mi cabeza cae hacia delante, más tranquila; sonrió con alivio antes de levantarla y lo primero que veo es a Dante sonriéndole al chico que está estupefacto. El jurado se refiere a la sanción de la señorita, quien deberá pagar una compensación por calumnias y perjurio de más de diez millones, aparte de una disculpa pública. El juez, luego de eso, da por terminado todo, pidiendo que los abogados a cargo se den la mano. Volteo a ver a Jacob que se acerca sin vacilar.
—Felicidades, me ganaste esta vez —comenta y me ofrece su mano, la cual miro por unos segundos antes de mirarlo a los ojos.
—Gracias, esta es la confirmación de que no siempre puedes salirte con la tuya —afirmo, bajito mientras estrecho su mano.
Posterior a ese momento tenso entre nosotros; el juez da por terminado todo, dejando salir al jurado antes de retirarse él. El peso que mis hombros cargaron durante días me abandona al ver que hemos ganado, y ahora más tranquila puedo hablar con el chico.
—Felicidades, demostraste tu inocencia y ellos te la recompensaron —toco su hombro, reconfortándolo.
—Muchas gracias, de verdad no sé cómo agradecerles —sus lágrimas amenazan con brotar de sus ojos e inundar su rostro.
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¿Existe una segunda oportunidad?
Random«Lo acabas de decir te amaba, esa mujer que hacía eso desapareció el día que se fue de tu casa. Arruinada y destruida, en ese momento nació esta mujer; la que ves ahora». Ella y él, dirían que no estaban para nada destinados a estar juntos si no fue...