Lunes, 16 de diciembre del 2019
Llego a la empresa, manteniéndome oculto de los presentes; debido al show en la iglesia. El sábado, cuando Noah me confesó lo que hizo, solo le dije a Alondra que no podríamos casarnos, pero no le di explicaciones, y creo que hoy tendré que dárselas; aunque no quiera.
Entro en mi oficina, contando los minutos que se demora en venir a reclamarme lo sucedido. Escucho la puerta abrirse y giro sobre mi silla para mirarla esperando sus gritos, sin embargo, es mi hermano quien me mira con indiferencia desde la entrada.
—Agradezco que recapacitaste —afirma con una sonrisa sincera en su rostro.
—No recapacité. Noah no permitió que me divorciara, así que continúo casado con Tanza —le comento.
—¿Y eso no te hace feliz? —pregunta con cierta duda.
—Lo haría, si ella también lo estuviera. No me quiere en su vida y en realidad; no quiere a nadie —bajo la cabeza.
—¡Ay, hermano! —ingresa con toda la preocupación surcando su rostro—. Lo lamento, pero es normal que no lo quiera, se han hecho mucho daño y tú, para arruinarlo más, aceptaste casarte con Alondra por la promesa que le hiciste. Es lamentable.
—¡No puedo creer que me hayas dejado plantada en el altar! —los gritos de Alondra se escuchan desde el pasillo y tal como lo imaginé, entra indignada—. ¿Qué te pasa?
—Lo siento, Alondra, pero no podía casarme —comento, levantándome de mi silla.
—¿Por qué?, ¿por tu exmujer? Ella no te merece, ¿la has visto? Se acostaba con Dante y con su hermano; y quién sabe con cuantos más.
—Nunca se ha acostado con Dante —aclaro, mirando a mi hermano que no sabe nada de esto.
En especial, de lo que ella nos contó ese día que me llegaron las fotos de la prensa.
—Yo los vi —apela y se acerca a mí—, yo tomé las fotos.
—¿Cómo? —cuestiona Isaac.
—Que yo, to-me las fo-tos —marca muy bien las palabras y hace alarde del hecho—, entre por la puerta de atrás y subí, yo los vi desnudarse.
—Fue por otro tema, uno muy diferente —explico sin contar nada de lo que ella comentó.
—¿Qué tema? ¿Qué no estaba conforme con coger con Tristán, que también tuvo que llevarse a la cama al pequeño de los Scott? —frunce el ceño—. No seas tonto mi amor, ella siempre ha sido una zorra. ¿Por qué crees que denunció a la prensa por las imágenes? Para que tú no sepas nada de lo que hizo.
—¿Cómo sabes de la denuncia? —pregunto, por qué ni siquiera yo sabía que había tomado acciones legales contra ellos. Sí dijo que lo haría, pero en ningún momento lo contó.
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¿Existe una segunda oportunidad?
Diversos«Lo acabas de decir te amaba, esa mujer que hacía eso desapareció el día que se fue de tu casa. Arruinada y destruida, en ese momento nació esta mujer; la que ves ahora». Ella y él, dirían que no estaban para nada destinados a estar juntos si no fue...