CAPITULO 33: DOLOR Y VERDAD

137 11 1
                                    


Siento que la calma ha llegado a mi vida, han transcurrido dos semanas desde el día de mi coronación, me he mantenido tan ocupada con los deberes de una emperatriz.

Aunque una mala sensación en el pecho me ha mantenido alerta.
He visitado los lugares más alejados del reino, donde me he percatado de las carencias en las que se encuentran las familias de esos pequeños poblados.

Mi padre se había negado a lo que tenía planeado hacer, abastecer con alimentos y otras cosas para sus necesidades básicas, en último momento logré convencerlo.
Desde la mañana me encuentro dentro de la oficina imperial, leer y firmar unos documentos, ha sido la tarea del día.

Estoy tan concentrada leyendo el último documento, cuando un nervioso y angustiado J-hope irrumpe en la oficina.

Su respiración se encuentra acelerada, tarda en poder decir alguna palabra, pero cuando lo hace todo mi sistema colapsa, no sé como reaccionar.

—Tienes que ser fuerte, nosotros no pudimos llegar a tiempo y Jimin… él ha sido herido gravemente —cuando te piden eso, es lo último que puedes hacer, el dolor desgarra tu alma, te sientes perdida, la respiración empieza a faltarte, escuchas a lo lejos las voces de las personas a tu alrededor, tu corazón sufre por no poder ir a ver a la persona que amas,—. ¡Jeongyeon, despierta! —J-hope me sacude levemente, es difícil para mi asimilar lo sucedido.

—Debo ir a verlo —es lo primero que digo, salgo corriendo de la oficina del palacio, los guardias tratan de detenerme, J-hope viene detrás de mí, e intenta jalarme del brazo pero soy más rápida y logro llegar al estacionamiento—. En que hospital lo han llevado —cuestiono impaciente—. J-hope, ¡Por favor, necesito verlo y estar a su lado! No sé que haré si le pasa algo más, es mi culpa.

—No, lo siento su alteza, por más que ruegue no podré decírselo, es mejor no arriesgarse más, su vida igual corre peligro, así que está estrictamente prohibido que usted salga —señala con seriedad—. Son órdenes de su padre y aunque me cueste admitirlo, esta vez concuerdo con él, además, Jimin no me perdonaría si te pasa algo, él ya estaba al tanto de todo, me pidió que si algo le llegara a suceder que te protegiera a toda costa, eso es lo que haré, aún si llega a odiarme.

Una parte de mi entiende la gravedad de la situación, pero es doloroso abandonar a la persona que amas cuando se debate entre la vida y la muerte.

¿Qué hacer en este tipo de situación?
La cabeza me da vueltas, de repente caigo en cuenta quién sería capaz de hacer daño a los que más quiero, mi tía Suzy.

Es tan fácil deducirlo, aún recuerdo la amenaza del día de la coronación, estaba esperando el momento perfecto para desenmascararla, creo que ya es tiempo de ponerle fin a sus malas acciones.

—¡J-hope, podrías realizar una rueda de prensa para el día de mañana, por favor! —Ordeno, tratando de mantener la calma, aún cuando mi mente está pensando en como se encontrará Jimin—. Es tiempo de ponerle fin a esta larga historia, que no ha hecho más que hacer sufrir a personas que no lo merecen.

—¡Si, my lady! Lo que usted ordene —susurra, para después irse.

El silencio en el palacio es sepulcral, pareciera que nadie vive aquí.
Jamás había sentido que el bajar las escaleras fuera eterno, cada paso que doy está lleno de angustia. Aún no se nada del estado en que se encuentra Jimin.

La culpa no me ha dejado dormir durante toda la noche, el llorar no fue la mejor solución pero no pude evitarlo. He evitado cualquier comunicación con las chicas, ellas han intentado contactarse conmigo, sin embargo he desistido, no puedo meterlas en esta grave situación, tal vez me odien o piensen que ya no me importan, pero su seguridad es primero.

—¡Sun Jeong, debemos hablar! —es mi padre quien va saliendo de la oficina imperial, la mirada en sus ojos no me da buena espina, me percato del gran esfuerzo que está haciendo para no levantar la voz, llega hasta mi—. Es absurdo lo que piensas hacer.

Es lo primero que dice al llegar hasta donde estoy.

—Lo que menos quiero es discutir, padre.. —murmuro, en un intento de apaciguar su enojo, ha sido un largo tiempo desde que me dirigí a él de esa forma, sus ojos parecen cristalizarse, sin embargo endurece su mirada, sé que hay emoción aún, él no quiere hacerlo notar, es tan orgulloso—. Solo por una vez en tu vida, dame un poco de apoyo, sé lo que hago, además es tiempo de dejar ir el pasado pero antes de eso, debo desenmascarar a mi tía, la única culpable de la muerte de mi madre, y de que el chico al que amo se debata entre la vida y la muerte.

—¡Sun, yo… es tan difícil! Temo que cuando sepas toda la verdad, se te rompa el corazón.

—¿A que te refieres? —La curiosidad me mata, necesito ser consciente de toda la verdad, es más que seguro que no descansaré hasta saberlo—. Por esta única vez, sé sincero conmigo, y aunque mi corazón se rompa, necesito y tengo todo el derecho de saber la verdad.

—Promete que cancelarás la rueda de prensa —implora con la mirada, no tengo más que desistir.

—¡Está bien! Si es la única manera en que me digas la verdad, no tengo de otra. Solo permíteme hacer una llamada.

Marco a J-hope, le aviso que cancele la rueda de prensa, ya que surgió un inconveniente, algo que después le explicaré cuando llegue al palacio.

—Deberíamos ir  a un lugar donde no nos interrumpan —Sugiere mi padre, camina en dirección al invernadero—. Lo que no sabías es que tu madre ordenó que hicieran un pequeño escondite dentro del invernadero, cuando ustedes tenían sus clases particulares, ella permanecía encerrada ahí.

—Siempre me preguntaba donde estaba cuando un profesor me regañaba, ahora que lo mencionas, jamás la vi pasearse dentro del palacio.

—Tu madre era un alma libre, le encantaba disfrutar de la naturaleza, razón por la que pidió construir este invernadero —mi padre suspira al recordarla, al estar en el invernadero caminamos hacia el final del pasillo lateral derecho, presiona un botón y esta comienza a abrirse—. Este es el lugar donde tu madre… es imposible para mi poder decirlo.

Sus ojos comienzan a aguarse, una lágrima resbala sobre su rostro, verlo mostrar ese lado suyo me deja perpleja.
El jamás permitió que lo viéramos tan frágil, me es difícil acercarme y consolarlo.

—Su Jeong, tienes que ser fuerte —menciona afligido, sus palabras me dejan impaciente, porqué no habla claro, los nervios se apoderan de mi, no imagino lo que va a decirme—. Tu madre, Bae So Hee, ella me fue infiel…

Me quedo en shock, sus palabras se repiten una  y otra vez en mi mente, me es imposible aceptarlo. Conocí bien a mi madre y sé que ella jamás lo traicionaría. Siempre nos contaba a mi hermana y a mi lo feliz que era estar a lado de mi padre.

—¡Eso es una total mentira! No puede ser que quieras manchar la reputación de mi madre, ella sería incapaz de traicionarte —trato de convencerme a mi misma, no, no deberías dudar de la mujer que te dio la vida—. Y, ¿con quien pudo ella engañarte? 

—Recuerdas al señor Kim Dae Hyun, el íntimo amigo de tu madre, pues resultó ser más que eso.

Murmura dolido y con odio aparente.

—No, me niego a aceptarlo, y ¿cómo fue que los descubriste?

Cuestiono, algo me dice que fue obra de cierta persona el poner a mi padre en contra de mi madre.

—Una semana antes de que ella muriera —declara con tristeza—. Lady Suzy me puso al tanto de lo que sucedía entre ellos, las horas que pasaban encerrados aquí, hasta que un día los encontramos durmiendo juntos.

Mi corazón se rompe en mil pedazos, por más que trate de creerle me es imposible, jamás me harán dudar del gran amor que ella le tenía a mi padre, razón suficiente por la que no lo traicionaría de esa forma.

—¡Acaso no te das cuenta que caíste en la trampa de mi tía! —replico, me mira perplejo, tal vez esperaba que lo consolara y creyera toda esa mentira—. Así decías amarla pero dudaste en el primer instante que alguien hizo que creyeras lo peor de ella.

—Si hubieses presenciado lo que yo vi, no dirías lo mismo… —él se toma una larga pausa para volver a hablar, se talla las manos sobre su rostro, borrando cualquier rastro de sus lágrimas—. Mi corazón se rompió en mil pedazos, con ello la confianza que le tenía.

—Por lo menos la escuchaste, le diste la oportunidad de explicarte lo que realmente sucedió —indago—.

—¿Para qué?

—¿Estás hablando enserio? —cuestiono con enfado—. Me has decepcionado, te creí un hombre inteligente, quien no se deja influenciar por los demás.

—Su alteza, yo que usted no toleraría tal falta de respeto por parte de su hija menor, sin importar que sea la nueva emperatriz —Lady Suzy entra como si nada al invernadero, acompañada de uno de los guardaespaldas—. Pero no se preocupe, para eso he llegado yo a defenderlo.

—¡Esto es entre mi hija y yo! Así que Lady Suzy, podría dejar de meterse en mis asuntos —Murmura mi padre con visible enfado—. Ya ha hecho suficiente con obligarme a decirle la verdad a mi hija.

Ella ríe burlonamente, posando su mirada en mi padre. Se acerca con rapidez hacia él, en un instante ya lo tiene amenazado con un arma a la altura de su cabeza.

Mi padre se muestra sereno, como si su vida ya no le importara.

—Sabes bien que ese fue nuestro trato, ahora no trates de retractarte, tu me entregas a tu hija y yo te digo el lugar donde descansa tu difunta esposa, mi querida hermana —no logro entender de lo que hablan, como que donde descansa el cuerpo de mi madre, si su tumba se encuentra a lado de mis difuntos abuelos, acaso ella fue capaz de robar su cuerpo y llevarla a otro lado—. Espero tu elección.

—¿A que te refieres con decir el lugar donde descansa el cuerpo de mi madre? —Cuestiono alarmada—. ¿Podrías ser capaz de profanar la tumba de mi madre?

Su risa burlona invade la habitación, no hay ninguna pizca de arrepentimiento en su rostro.

—Ya deberías saber de lo que soy capaz querida sobrina, o es que no te has enterado de lo que le sucedió a tu amado Jimin, mira que me impresiona ver lo calmada que  estás, no veo ningún signo de angustia en tu rostro —camina y llega hasta mi, el arma entre sus manos apunta en mi dirección—. Acaso no es tan importante para ti, así como nos hacías creer.

—Así que, dejas en evidencia tu participación en el atentado que sufrió Jimin —digo más como una afirmación—. Tanto rencor hay en ti que la descargas en personas inocentes.

—Si supieras lo gratificante que es ver sufrir a las personas, es mucho mejor que robarte la corona —esa sonrisa maquiavélica me da escalofríos, parece ser otra persona, una loca desquiciada—. El mundo es un lugar egoísta y cruel, solo se salvan los que son capaces de sobrevivir ante esas injusticias y transforman su dolor en felicidad.

—¿Felicidad? ¿Cómo puedes ser feliz ante el dolor de los demás? —no entiendo la paradoja de sus palabras, nadie en su sano juicio disfrutaría el dolor ajeno—. No crees que ya es tiempo de ponerle fin a tus insanos pensamientos, olvidar el pasado para iniciar una nueva vida.

—Olvidar no es fácil, no cuando todos te dieron la espalda e incluso si tu felicidad te fue arrebatada —su mirada se dirige hacia mi padre, suelta un largo suspiro, hay dolor y odio—. Por eso, querida sobrina, me da un profundo placer ver que los demás sufren al igual que yo. ¡Ah,y tu querido noviecito se quiso hacer el valiente, lástima que ahora se debata entre la vida y la muerte!

—Entonces, tu eres la culpable de todo lo que ha sucedido —vuelvo a afirmar, su sonrisa de satisfacción lo confirma, pero necesito que lo diga por si misma—. Ya no puedes seguir negándolo.

—Crees ¿que caeré en tu trampa?, no nací ayer querida, así que deberás ingeniártela para poder incriminarme, necesitas pruebas y no las hay —asegura, el arma sigue apuntando a mi padre, pero su atención sigue puesta en mi—. Nadie podrá detenerme.

—¡Yo, no estaría tan segura! —doy pequeños pasos hacia ella, en un instante apunta su arma en mi dirección—. Adivina quien te delató, y no, no es ninguna trampa, después de todo no eres tan inteligente, mira que por más que trates de negarlo, la verdad siempre sale a la luz, así que te conviene confesar tus crímenes por ti misma.

Sonrío con suficiencia, una parte de mi está nerviosa pero me prometí que no descansaría hasta atrapar a la culpable de la muerte de mi madre.

—Solo con una condición —murmura.

—A estas alturas del partido no estás en posición de exigir cosas —menciono—. Ya bastante daño haz hecho y debes afrontarlos.

—¿Quién pudo haberme delatado? Nadie de aquí se atrevería a hacerlo, no, si temen por su vida —declara con orgullo, sonríe de medio lado—. No hay forma de demostrarlo.

—De hecho si la hay —la segunda esposa de mi padre entra a la habitación, lo que me toma por sorpresa, no sabía que conociera este lugar—. Las dos sabemos a que me refiero.

—Mira que sorpresa, tú, quien odia a mi sobrina por robarle el lugar a tu hijo de recibir la corona, intentando ayudarla, eso jamás lo vi venir —dice mi tía llena de ironía.

Que locura, también estoy más que sorprendida, pero una ayuda extra no le viene nada mal a nadie.

—Es la única manera de deshacerme de ti —murmura la esposa de mi padre, luego se dirige hacia mi—. Sun Jeong, que diga su alteza, si lo que quiere es encerrar una vez por todas a su tía, y hacer justicia por la muerte de tu madre, debes darme algo a cambio si deseas que te ayude.

—Que es eso que tanto deseas —pregunto, aunque tengo una mínima idea de lo que pedirá.

—Quiero que cedas la corona a mi hijo, tu hermano, Soo Hyun.



Holaa 😁🙃
Tanto tiempo sin actualizar, disculpen pero el trabajo me consume, pero espero que disfruten el capítulo, el siguiente será el final, y después el epílogo jeje
Nos vemos pronto 😉♡♡

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 29, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Aᴍᴏʀ Eɴᴛʀᴇ Lɪɴᴇᴀs [Ⓙ︎Ⓔ︎Ⓞ︎Ⓝ︎Ⓖ︎Ⓜ︎Ⓘ︎Ⓝ︎] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora