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Ya estaba en el parque, todo muy tranquilo.

Luego llegó la hora del almuerzo, así que rápidamente me dirigí a una pequeña tienda que estaba cruzando la calle, y compré unas barras de cereal con un juguito, sin quitarle la vista al parque.

Volví al parque y terminé de comer lo que había comprado.

Minutos después, a lo lejos, logré divisar a un chico y una señora.

Por un momento sonreí con melancolía.

Es lindo que madre e hijo pasen la tarde juntos... —Dije un poco triste por la situación con mis padres.

Empecé a detallarlos un poco más y... el chico comenzó a tener una actitud un tanto sospechosa.

Caminé hacia ellos tranquilamente, intentando comprender lo que pasaba.

La señora empezó a subir la voz. Parecía enojada con el chico.

Ahora sí caminé hacia ellos decidida, dispuesta a saber si había algún tipo de problema entre ellos.
Porque no es normal que alguien levante la voz así en un lugar público.

Pero de repente veo que el chico empuja a la señora, haciéndola caer, y rápidamente toma su cartera para salir corriendo.

Corrí hacia ella para verificar si estaba bien.

¿Qué sucedió con su hijo, señora? —Pregunté preocupada ayudándola a levantarse.

¡¿Qué?! ¡No es mi hijo! ¡Me acaba de robar la cartera! —Gritó enojada.

¿No son familia?
Parece que entendí mal la situación.

¡¿Qué?! —Pronuncié frunciendo el ceño alarmada— ¡Quédese aquí! —Dije para luego comenzar a correr hacia la dirección por donde se había ido el chico.

¿Es esta mi primera persecusión?
¡Por fin algo de acción!

Activé el Walkie-Talkie.

¡Oficial Han reportándose! ¡Informo de un robo en el parque 78! Un chico le robó la cartera a una señora. Aún estoy persiguiéndolo, pero necesitaré refuerzos para llevarlo a la comisaría. —Dije mientras corría.

De acuerdo. Ya estoy rastreándote por el GPS de tu Walkie-Talkie. —Respondió Seungmin al otro lado de la línea— Ubicada, te veo. Ya envío refuerzos, intenta retenerlo lo máximo posible, pero no vayas muy lejos. —Pidió.

Bien. —Respondí— Cambio y fuera. —Me despedí.

Se cortó la comunicación.

Enfoqué mi atención en la calle, pero me dí cuenta de que perdí al chico de vista. Afortunadamente, volteé hacia la derecha y lo ví, emprendiendo nuevamente la persecusión.

¡Oye! —Grité— ¡Más vale que te detengas, o habrán más cargos en tu contra! —Fruncí el ceño al ver que ni una pizca de caso me hacía.

Me lo esperaba.

Aceleré.
Las persecusiones a pie eran fáciles para mí porque durante toda mi vida practiqué el atletismo. El correr por mucho tiempo era pan comido.

Pero podía ver que a este chico también le parecía pan comido porque no se detenía.
Tal vez ya tiene experiencia en robos así.

Segundos después ví que giró en una esquina. Corrí más rápido y llegué a un callejón sin salida, de aproximadamente quince metros de largo. Alcé la vista y me lo encontré intentando escalar el muro desesperadamente.

Corrí hacia él y de un salto lo agarré de la chaqueta marrón que traía puesta. Tiré de ella, y lo bajé de ahí con fuerza, haciéndolo caer como un saco de papas.

¿Lovers or Enemies? //Imagina con Choi San//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora