Un peso que sintió arriba de ella, y Enid se levantó de forma brusca, encontrándose con Merlina arriba de ella, aferrándose a su pecho, abrazándolo, haciéndola fruncir el ceño y después, acariciar su cabello, volteando a ver su reloj.
Suspiró.
―Mer, son las 3:33 am, ¿qué pasó?― no respondió. Sólo escuchó el constante olfateo en su piel, cómo se aferraba más a ella, y después, la incesante humedad que comenzó a invadir su regazo.
Una humedad que no paraba, pero que aumentaba mediante el meneo de caderas de la menor, y al escuchar un gemido reaccionó, parándose cómo pudo con la omega en su regazo, y negó, viéndola.
―Iré por un supresor-
―Por favor, tómame, Enid, hazme tu omega, por favor, quítame éste dolor― sus labios se quisieron dirigir al cuello de la mayor pero ésta cómo pudo se quitó, haciendo gruñir a la omega, pero luego gemir de dolor, quejándose. Bajó hasta quedar cara a cara con la entrepierna de la otra, y comenzó a acariciarla, sacando un gemido bajito de la alfa.
Dios, estaba mal.
La mayor se paró de un salto y alejó a la omega, viéndola fija, y salió del cuarto, negando repetidas veces, tomando su celular para marcarle a alguien.
―Llévala contigo, por favor― la omega escuchó en la sala una voz aguda hablar con la otra, y frunció el ceño, pegándose más a la pared, abrazándose a si misma para calmar el dolor infernal que estaba sintiendo en ese momento, arrugó su nariz―ayer casi me consumió, si no fuera porque estoy acostumbrada a las feromonas del celo por ti, la habría tomado... necesito que la lleves a tu casa o que me dejes quedarme contigo en esta semana, Sarah, por favor.
Investigó. Su celo se apresuró por consecuencia de haber estado acurrucada, rodeada por las feromonas, con Enid, porque había estado tanto tiempo con una alfa de ese modo, acurrucada, rodeándose de feromonas. Era más efectivo sólo con ella porque la había marcado, las feromonas se supone que sólo deben funcionar en Enid y que no deben llamar la atención de otro alfa que no fuera ella.
Por lo que hizo un mohín.
Enid era la única alfa que podría tomarla y podía hacerlo, sin ningún problema podría decirle a Merlina que quería ese tipo de contacto, pero el hecho de que no lo haga, de que hasta en pleno celo no lo hizo, Merlina cerró sus ojos, segura.
La oscuridad que veía cuando los cerraba ya no la asustaba como antes, porque sabía que podía abrirlos y cuando eso pasara, todo sería un día mejor que el anterior, un día donde no recibirá ningún tipo de abuso, donde puede estar segura que vive con una alfa que jamás le pondría un pelo encima si no fuera para tocarla después de pedir permiso.
Sonrió de forma inconsciente, apretando más la sudadera de Enid y llevando su nariz a ella, olfateando, llenándose de feromonas, de ese olor de menta de su alfa. Tragó saliva, abriendo sus ojos, encontrándose con ella. Le sonrió dulce, acariciando su cabeza.
―Te irás con unos días con Sarah, Mer, es mi hermana mayor, prefiero que vayas tú y que no te quedes sola en esta casa― Merlina llevó esa mano a su nariz para olfatearla, y negó, queriéndose acercar a abrazar a la alfa, y esta lo aceptó, suspirando―es lo mejor que puede pasar, Mer.
―Puedes tomarme, por favor, pero no me dejes...― el corazón de la mujer de 27 años se rompió un poco y abrazó más fuerte a su omega, negando.
―Te juro que jamás te dejaré, Mer, pero no quiero que llegue a pasar lo mismo que pasó esta mañana porque es peligroso, las feromonas son más fuertes porque eres mi omega y puede llegar a pasar que te llegue a tomar, pero en contra de tu verdadera voluntad, no es lo que quieres, y jamás en la vida quiero hacer algo sin tu consentimiento.
Se acercó a inhalar el hombro, y suspiró, asintiendo un par de veces, separándose para verla.
―Después de que vuelva, ¿podemos ver una película como ayer? Me gustó mucho― Enid asintió, sonriendo, y abrazó de nuevo a su omega, besando su frente.
―Cuídate, Mer, cuando vuelvas veremos una película.
―No esperaba que mi hermanita pudiera conseguir pareja, es que no la haz visto con lentes, es lo más gracioso que hay en la vida― la menor aceptó el té caliente que le dió la castaña, y después la vio, negando.
―Ya la he visto con lentes, es temporada de exámenes así que cuando los califica en la sala, los usa― Sarah sólo tomó de su propio té, tachando de su lista imaginaria de conversaciones que podría tener con la omega de su hermana, el burlarse de ella.
Hizo un puchero, viéndola.―¿Si te haz acostumbrado a la rutina de limpieza? Algunas veces ella en mi propia casa me quita para comenzar a limpiar mi baño, dice que no lo hago bien.
Y ahí los ojitos de la otra brillaron, asintiendo.
―Ella no me quita ni me hace nada, sólo me ha dicho lo que limpia y cuando uso la cocina me aseguro de limpiarla bien, siento que ella es muy estricta y perfeccionista, todo su armario está organizado por colores y perfectamente planchado...
―Hasta su escritorio, el libro abierto tiene que estar a 14.9 centímetros para estar en el medio— la omega sólo ve un punto fijo, asintiendo, tomando del té.
―Cristian me contó de su escritorio, que no deja que él lo limpie, de hecho Cris dice que Enid es la única persona agradable en su trabajo...
Por lo menos se volvió más habladora. Sarah se acercó más a ella y llevó su mano a su cabeza, apoyándose, y sonrió, tratando de verla lo más discreta posible para que la omega no se sintiera juzgada y menos, incómoda. Sarah bajó un poco más y rascó su mejilla, viendo la marca en el cuello de la menor que parecía que en semanas, se iba a borrar.
Sus manos con las mismas marcas, pero parecían que merecían más tiempo de cuidado, comenzó a tragar saliva nerviosa, acercándose más, señalando sus muñecas, con consecuencia, mostrando sus antebrazos llenos de cicatrices profundas. La vio fija.
―¿Qué te pasó aquí, Mer?
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when this rain stops; wenclair
FanfictionPara escapar de su casa llena de abusos, Merlina no encuentra otra opción más que casarse con una alfa que acaba de conocer, dejándose marcar. Ahora, esa marca que sólo era un ardor punzante poco a poco se convertiría en un calor abrazador. ••• • we...