final

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—Feliz año nuevo, hermanita y su hermosa omega. — Enid aceptó el abrazo de su hermana en cuanto la vió en la puerta, y sonrió, levantándola para dar varias vueltas que la otra paró, viéndola con una gran sonrisa.

Esos labios fueron mordidos como unas 2 veces antes de que pudiera hablar, pero después los volvía a suprimir. Carraspeando, la mayor la abrazó de nuevo, entrando, dejando atrás a su alfa con montones de cajas. Enid estaba, ¿confundida?

Merlina lo supo en cuanto vió esos ojos curiosos ver a su hermana mayor por cuarta vez, bien abiertos. Después, la mayor dejó una que otra caja en el suelo para ver a Tyler, emocionado, mordiendo sus labios. La omega menor sólo se sentó junto a su alfa, ladeando al mismo tiempo sus cabezas, curiosas.

La pelinegra habló.

—¿Y?

—¡Estamos embarazados!— Bocas abiertas por la sorpresa, pero después, llegaron las obvias felicitaciones.

Eso fue lo que dejó un buen sentimiento en el cuerpo de Merlina, que apenas se acostó por completo en la cama, viendo a su Enid leer un libro, habló, suspirando.

―Ha sido la mejor noticia de lo que va del año...

―Eso significa que ese bebé se hizo en visperas navideñas, vaya, ese cachorro va a ser virgo, una madre tauro como ella es una mujer cálida, un pilar, es cariñosa, estable y paciente, su hijo virgo en cambio es ansioso, reservado y crítico, una madre como ella le hará sentir tan seguro, confiado. — En el momento que tal vez pensó que estaba siendo fría, Merlina borró por completo esa posibilidad al ver a Enid con lágrimas acumuladas en sus ojos cuando volteó a verla.

Una sonrisa calmada, alegre, y suspiró.

―Estoy tan feliz por Sarah, sé que ella está explotando de felicidad como yo y de seguro más que yo.― Merlina la abrazó, haciendo suspirar a su alfa en su hombro. Después de que la soltó, Enid la recostó, ahora ella para recostarse en su pecho.

Pudo sentir su corazón latir a toda velocidad en su oreja a medida que más se acurrucaba en ella, y suspiró, sonriendo, para después voltear a ver a su omega, con una sonrisa más grande que había visto. Sintió tantas cosas.

Sintio las mariposas en su estómago, sintió desde lo cliché a lo que nadie menciona ni dice, pero que fue glorioso, magnífico, y tierno. Merlina llevó una mano para acunar su mejilla, y tragó saliva.

―¿Entonces qué opinas de un cachorro... nuestro?― Enid abrió sus ojos como cuando veía curiosa a su hermana, sino, los abrió más. Sorprendida. Pero antes de que Merlina pudiera retractarse nerviosa, su alfa la abrazó.

―Me encantaría, sólo si tú quieres, Mer, no te obligaría a nada y menos a eso, sabes que-

Enid abrió más sus lindos ojos al momento que Merlina asintió para bien, y la menor habló rápido.―Sólo que, no en este momento, como, ¿En 5 años?

―No me tienes que preguntar ni pedir que condicione nada, Mer, y la verdad, opino lo mismo, por ahora hay que enfocarnos en nosotras,― Dijo para acariciar el cuello de la otra con su nariz para después parar en su marca.―y después vemos eso. ¿No?

Merlina sólo volvió a acostarse, esperando a que Enid dejara su libro en su parte del buró y apagara su lámpara, para dejar sus lentes junto a ella, para que la alfa se acurrucara en su pecho y buscara esa calidez y protección que su omega le daba.

El hacerle saber que es su omega, eso sólo queda ya en la marca, porque Merlina sabe que hay diferentes formas en las que Enid le dice que la ama y ella también, como ese tipo de acciones. Donde su alfa se acurruca contra ella, descubrió que Enid ama dormir de esa forma como también ama ser la cucharita grande.

Se muere de ternura.

Los sueños que antes eran oscuros y llenos de dolor quedaron atrás, porque Merlina ya va sanando la herida de la forma más sana posible y la que está a su alcance. Porque lo admite, no la ha sanado por completo. Todavía hay varias cosas que duelen, que tiene que hablar, pero ese ya es tema aparte porque sabe que lo está haciendo bien.

Lo sabe por las miradas que Jennie le da, las sonrisas orgullosas de Cristian, Yoko y Bianca, y las de Enid, más que nada. También ella es un gran factor en que vaya avanzado así de bien.

Merlina se levantó ese día con una gran sonrisa al ver a su alfa acurrucada contra ella de esa forma tierna y linda, que no pudo evitar el estrecharla en sus brazos, sacándole un suspiro de esa boca junto un bostezo que lo completó, riendo.

Ve sus ojos melosos, suspira, y ríe, porque de verdad, es feliz. Enid la hace asi de feliz y lo admite sin ninguna pena, sin nada de por medio porque mentir no es bueno.

Lleva un mechón de su cabello detrás de su oreja, dándole una vista amplia de ese rostro que adora besar y llenar de su labial rojo, y suspira, en cuanto la ve. Todo lo que ha hecho, todo lo que la ama, aprecia, no es humano, o si lo es, porque aquí tiene a la mejor alfa del mundo enseñándole que sí, que es posible.

La alfa que recorre todo el camino que falta con ella, con una sonrisa y un gran apoyo, como un pilar que siempre está a su lado, apoyándola, haciéndole saber que ahí está y ahí estará siempre. La marca lo dice, se lo muestra y se lo corrobora, porque no arde, no más, y puede que nunca ardió.

La marca que crece para hacer un aroma cómodo, lindo, de ellas.

Merlina pone su rostro a la altura del rostro de su alfa y la besa con tanto amor, porque siente que con tacto puede hacerle sentir a Enid todo su amor, aprecio, cariño, todo lo que siente por ella de esa forma tan íntima que corresponde, como debe de ser.

Sabe que su alfa siente lo mismo, en el mismo nivel porque la corresponde, sus mejillas acunadas se sienten mas cálidas y sus ojos se cierran. Merlina deja de sentir la preocupación, el estrés, el dolor y el llanto. Lo dejó de sentir hace mucho tiempo pero ahora, admite que es cuando debe soltarlo de verdad, y lo hace.

Se juró a sí misma que nunca lo soltaría y si lo suelta, lo soltaria el día que la lluvia pare. Esa fue una señal para que Merlina lo suelte por fin.

Porque la lluvia ha parado por completo.

when this rain stops; wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora