Una de las mejores noches de su vida, Merlina se despertó con una sonrisa al sentir un beso en su frente y mejilla para después, que esos labios cálidos se dirigieran a su nariz, acariciando la suya con ella. Apenas ella abrió los ojos, vió a su alfa, sonriendo, pero con unos ojos adormilados mientras la veía fija.
Sus dedos de una forma suave apartaron unos mechones que caían en su rostro, mechones que interrumpían su vista, y después de apartarlos, Enid acarició el rostro de su omega con un cuidado, aprecio, casi adoración. Merlina se acercó a darle un pequeño piquito en los labios, sintiendo su piel bajo las sábanas y cobijas rozarse, y se acercó a abrazar su pecho. Carraspeó al sentir que había dormido un poco, y vió a su alfa a los ojos.
―Niddie, ¿Qué hora es?― La otra le respondió rápida, como si ya hubiera visto hace segundos. Habló con la voz ronca, adormilada.
―Son las 2 de la mañana, Merli.
Esa voz y ojos le daban una pista, y habló, abrazando a Enid por los hombros.
―¿No dormiste?― La otra negó mientras la veía, sonriendo, volviendo a acariciar su rostro de una forma suave y cuidadosa, linda.―¿Por qué?
―Tengo miedo de despertar y no verte después de nuestra noche.― Admitió, riendo, después de unos segundos habló.―Porque regularmente me levanto y no estás, sino que estás despierta haciendo algo o cocinando.― Entonces eso fue algo tierno.
Merlina se subió hasta quedar a la altura de Enid e hizo que la abrazara de una forma suave. Ella también la abrazó acariciando su cabeza.
―Cuando te levantes aquí estaré, amor, nos levantaremos al mismo tiempo, solo duerme, ¿Si?― La otra asiente, abrazándola, haciendo a la menor derretirse en ese pequeño acto de amor.
Por lo menos despertaron juntas, sonriendo.
Una de las mejores mañanas a decir verdad. Una de las mañanas donde se despertó, estirándose en la cama para que después su alfa la abrazara por la cintura mientras ven la ventana, donde está la nieve reposando, y su muñeco de nieve vestido con bufanda y sombrero. La nariz cálida de su rubia la acarició, desde la mejilla hasta el hombro, y esos brazos que la abrazaban fuerte.
Merlina abrazó las manos cálidas que la protegían y volvió a verla, sonriendo, ganándose un beso por parte de su alfa. Un beso suave, y lindo. Ahora la menor se sentó en el sillón que estaba en la sala mientras veía a la rubia cocinar de una forma rápida, que parecía fundirse en la cocina.
Un desayuno delicioso, lleno de besos, sonrisas, y miradas que se mantenían en el aire, junto el mismo amor que se derrochaba entre ellas. Hasta Homero, al verlas tomadas de la mano en el centro comercial, sus miradas enamoradas, el brillo de sus ojos, abrazó más a Morticia, acariciando y recostándose en su pecho, al ver que una lágrima se deslizó en su mejilla al ver a su hija así de feliz.
Las manos entrelazadas, como parecían estar en su propia burbuja color rosa, sonriéndose mientras, hasta en la hora de comer, se daban pequeños bocados de su comida mientras sonreían.
Merlina entrelazó su mano con Enid, sonriente, relamiendo sus labios de una forma suave, humectándolos, sintiéndose tan bien. Un sentimiento que le hace sentir tan feliz, calmada, en paz, porque ningún recuerdo horrible llegó a ella la noche pasada, ninguna memoria, y amó cada aspecto posible.
La forma en la que Enid la acariciaba, besaba, y cuidaba. Cuando sujetó su rostro, cuando entrelazó sus manos, cómo hizo cada aspecto posible de su noche, lo mejor. Uno de los mejores sentimientos que ella jamás creyó siquiera sentir como algo bueno, como siquiera algo positivo. La pelinegra sintió una calidez en su corazón, algo que podría describir pero, realmente, quería tener para ella para siempre, en su memoria.
Un recuerdo que ama, adora, y le hace sentir en paz.
En paz, una palabra que jamás pensó que iba a describir un momento donde alguien más tocaba su cuerpo pero de todos modos, que lo hacía, porque era su Enid, porque la estaba tocando después de que ella lo haya permitido, después de toda esa confianza, palabras, en paz porque sí, lo volvía a repetir, lo sentía.
Merlina se sentó, con sus piernas sobre las de Enid mientras ella le daba un pequeño masaje en sus pantorrillas y pies, viendo una película navideña. La menor sólo ladeó su cabeza, viendo a Enid concentrada en la película con sus lentes. Su corazón latió demasiado fuerte, sonrió, y cuando su alfa la volteó a ver, le sonrió, acariciando más fuerte su pierna.
Después, esa caricia subió a su muslo, por fuera, para acercarse a besarla en los labios, mientras Merlina, aventuraba su mano por el cuello de la rubia para acercarla más y besarla mejor. De todos modos, 'Mi Pobre Angelito' entraba en la lista de películas favoritas de Enid, porque cuando escuchó un diálogo especifico ella volteó la cabeza, volviendo a su lugar y volvían las caricias a las piernas de su omega, para después decir:
―Ahí viene la mejor parte, donde dice: 'Feliz Navidad, Inmundo animal'.― Dijo emocionada, acomodando sus lentes y señalando la tele.
Merlina sonrió, viéndola.―¿Te aprendiste los diálogos?
―Si, la veía cada navidad con mi mamá mientras haciamos galletas, o algunas veces mientras ella pintaba sus acuarelas y yo limpiaba mis figuras.― Merlina sonrió, apoyándose en su mano, y habló.
―Mi película favorita es El Conjuro porque sin ella, no nos hubiéramos acercado como ahora.― Hace a Enid sonrojar mientras sonríe, viéndola, lanzando un beso desde donde estaba haciendo a Merlina también sonrojar y reír sonora.
―Tú siempre encuentras una forma hermosa de ver las cosas, Merli.
―Desde que estoy contigo, lo hago, Niddie.― Hace a la rubia reír y levantarse para sentarse a su lado y comenzar a besarla repetidas veces junto a sus labios, mejillas y nariz, logrando que su omega comenzara a reír mientras trataba de corresponder cada uno de los besos.
Después, sus manos se entrelazan, ahí es donde la rubia siente el anillo en el anular de Merlina. Lo que la hace sonreír, acurrucar su rostro en el hombro de la rubia, y acariciar la marca con su nariz.
Su anillo, su marca, y el amor profundo que sabía que Merlina también le tenía a ella. Sube su mirada, la acaricia con su nariz, haciéndole sonreír mientras su mano se aventuraba a su nuca y la acercaba a besarla.
Sus labios se tocaron, se acariciaron, y después de 5 besos iguales, Enid y Merlina procedieron a volver a ver la película.
Entraba a la lista de 'Películas favoritas' sólo porque Enid y ella se besaron en cada golpe que Kevin le daba a los ladrones.
[...]
jakdjka las amo. anyway, quedan dos capítulos y la historia finaliza. estaré publicando los restantes mañana :33
una vez más, muchas gracias por esperar y ser pacientes conmigo :333
nos leemos mañana :p
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when this rain stops; wenclair
FanfictionPara escapar de su casa llena de abusos, Merlina no encuentra otra opción más que casarse con una alfa que acaba de conocer, dejándose marcar. Ahora, esa marca que sólo era un ardor punzante poco a poco se convertiría en un calor abrazador. ••• • we...