XIV. Escribo letras

172 28 53
                                    

Escribo letras

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Escribo letras

Escribo letras para aliviar el alma

Escribo letras para desahogarme en palabras

Escribo letras para poder seguir sin llorar

Es donde siento un poco de paz

Es donde puedo el dolor liberar.

Escribo letras para salir un poco de esta triste soledad

Escribo letras de amargura y dolor

Llenas de tristeza y sufrimiento.

Escribo letras para que alguien entienda que me hundo rápido en la oscuridad

Qué el vacío vendrá y la muerte me asechará.

Escribo letras de auxilio

Esperando que alguien descubra mi dolor a través de tristes versos escritos con pasión.


Inuyasha suspiró con fuerza cuando miró un nuevo dibujo hecho por él, ese no era el problema, el problema radicaba en que una vez más la dueña de su arte era Kagome. Una vez más había pintado esa sonrisa que solo había admirado una vez en ella, pero que al parecer fue más que suficiente para dejarlo pensando en ese hermoso gesto una y otra vez.

Con fuerza cerró el cuaderno de dibujo adentrándolo en su mochila justo cuando la campana sonando anunciando que la primera había terminado ese día.

Por insistencia de Sango, Inuyasha asistió a todas sus clases los últimos días, aunque lo que menos quería era hacerlo, todo lo realmente Inuyasha quería era enfrentarse a los ojos desinteresados de Kagome, analizar como conseguiría hacerla reír y que pudiese conseguir esa hermosa sonrisa. Él quería presenciar eso una vez más.

Salió de su aula topándose de frente con Kikyo quien lo miró con curiosidad antes de tomarlo de las manos para alejarse con él, Inuyasha se dejó guiar sin ser consciente de que la mirada de cierta pelinegra lo seguía con atención.

Cuando Kikyo se encerró con él en un aula, Inuyasha enarcó una ceja. Vio a la muchacha morderse el labio inferior soltándolo. Kikyo seguía siendo ante Inuyasha una chica muy bonita, aunque solo en el exterior, seguía sin comprender como en el lapso tiempo de unos meses una persona podía cambiar por completo, tanto sus sentimientos como su personalidad.

—¿Necesitas algo?—fue la pregunta del chico observando a su ex novia mirarlo con atención.

—Necesito un favor—susurró mirándolo—yo... uhm...

Un Poema Para TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora