II. Aun así

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Aun así

Aun cuando las luces son tenues,

Cuando las sombras cubren los peatonales,

Aun cuando la noche es bañada de fuertes rayos,

Te seguiré esperando.

Aun cuando el sol tal vez no salga

Y la luna sea mi enemiga mortal,

Cuando la brisa deje de ser cálida para convertirse en fría,

Nada de eso importará,

Seguiré esperando sujetar tu mano.

Aun cuando todo me de miedo

Y tenga el corazón acelerado,

Aun cuando escuchar no ruidos me parezca extraño,

Nada de eso me hará temblar,

Quiero permanecer a tu lado.

Aun cuando mi cuerpo esté inerte,

Y el tuyo esté frío,

Aun cuando sé que ya no respiras,

Que ya no hay en ti vida,

Aun así,

Te seguiré amando.



Una semana después de haber iniciado el nuevo año escolar los alumnos del instituto encontraron por segunda vez un poema. Solo que esta vez venía firmado con las iniciales A.Y.

Inuyasha quedó con la vista puesta en las únicas dos hojas que dejó el o la poeta misteriosa. Sinceramente le había gustado al igual que el primero que leyó y se encontró a si mismo tomando una de las hojas, doblándola y volviendo a meterla en su sudadera cuando nadie prestaba atención.

Una vez más todos hablaban del poema, muchos se burlaban y como siempre; Inuyasha solo caminaba guiado por sus pensamientos. En su mente creaba historias más interesantes que la que contaba cada persona. Un ejemplo de eso era una de las chicas que consideraban más bonitas del lugar, ella era muy inteligente, tanto que era una de las mejores de todo el lugar. Su vida consistía en estudiar, arreglarse bonita y parecer una persona perfecta.

Un Poema Para TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora