Este era un planeta recién nacido con vida, llamado Planeta Inmortalidad. Debido a que el planeta con vida se formó relativamente tarde y estaba limitado por la energía espiritual del cielo y la tierra, todo el planeta solo tenía leyendas de inmortales y dioses en la antigüedad.
Ya no existían los inmortales y los dioses.
Innumerables descendientes del planeta buscaron el camino de la inmortalidad y la inmortalidad, pero al final no pudieron encontrarlo y murieron de viejos.
Las generaciones posteriores cambiaron el nombre del planeta sin nombre a Planet Immortality.
En el vasto camino de la inmortalidad, los inmortales se pueden encontrar en todas partes.
…
El camino de la montaña estaba un poco embarrado después de la lluvia.
Empapada por la lluvia, la tierra amarilla se volvió extremadamente húmeda y pegajosa, se pegaba a las plantas de los pies y ensuciaba los zapatos recién cambiados.
Hojas verdes colgaban a ambos lados de la carretera de montaña. Los insectos roían las hojas y las gotas de lluvia se condensaban.
chasquido…
La capa de paja pasó rozando las hojas, y las hojas de repente temblaron.
Gotas de agua cristalina cayeron de las hojas.
El pequeño insecto también estaba asustado y abrazó las hojas con fuerza.
Bu Fang llevó la azada y subió lentamente la montaña paso a paso.
En el Planeta Inmortalidad, esta montaña estaba ubicada en un área remota.
El suelo estaba muy resbaladizo, y la tierra mojada siempre daba a la gente una sensación de vacío, como si uno se fuera a deslizar por la montaña con un poco de descuido.
La piel de hierro de Xiao Bai estaba volando y no había luz en sus ojos mecánicos. Siguió en silencio detrás de Bu Fang.
Bajó y su pie de hierro se hundió profundamente en el suelo. Cuando lo sacó, la tierra amarilla voló por todas partes.
"Camina despacio."
Bu Fang miró a Xiao Bai, que era un poco lento, y las comisuras de su boca se curvaron ligeramente.
Después de caminar un rato, Bu Fang estaba un poco sin aliento.
En este momento, no era diferente de un mortal. Incluso su cuerpo físico parecía haber vuelto a su estado original.
La montaña era muy alta y el sol ya se estaba poniendo por el oeste. Bu Fang no quería perder más tiempo.
Xiao Bai subió rápidamente usando sus manos y pies.
En lo profundo de la montaña, había bestias y pájaros feroces.
Sin embargo, aunque Bu Fang había vuelto a la normalidad, su presión no había desaparecido. Las bestias feroces y los pájaros no se atrevieron a acercarse a él.
chasquido, chasquido…
El arroyo de la montaña fluía y, desde muy lejos, Bu Fang podía oler el vapor de agua.
Trajo a Xiao Bai.
El agua en el arroyo de la montaña era incomparablemente clara. Esta era el agua clara después de la lluvia, y era aún más dulce.
Bu Fang sacó una olla de barro y la llenó de agua.
Sacudió un poco el agua. El agua era muy clara. No había lodo ni sedimento en absoluto.
