El colegio príncipe Carlos no hacía nada bien, no tenía buenos profesores, baños que funcionaran, buenos planes educativos, lo único que funcionaba eran sus estudiantes, si no lo hacían al salir del colegio morirían de hambre o de un balazo. Estaba...
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—Oe viene el profe cabros— Cuando escucharon a su compañero gritar la Vale y la Flavia se miraron con nervios bajando de las mesas rápidamente y utilizando sus sillas. El Maicol las había visto y ahora estaba prestando atención a su conversación.
—Ya weona— la Flavia había estado recalcando toda la mañana los nervios que tenía de ver al profe. Mientras seguían su conversación se escuchaban los gritos y abucheos de sus compañeros cuando el profe entró, no estaban felices de verlo.
—Ya weona, Tranquila si por algo se van a juntar después de clase— dejaron su conversación para escuchar.
—Chiquillos, eh... ya pedí las disculpas correspondientes al afectado y quería extender esas disculpas a todo el curso, fue un malentendido y espero que lo dejemos en el pasado— la Vale miro atenta al profesor y luego a su amigo, habría que ser muy tonto para no entender sobre que hablaba el profe.
Ojalá ellos pudieran meter sus tragedias en una caja y olvidarse de ellos como el profesor decia, pero no era posible.
—A ver, Jenny, ¿Que quieres hacer cuando salgas del liceo?— Algunos presentes dirigieron sus ojos a la Jenny queriendo escuchar.
Pero la Flavia miro a la Vale —Casarme contigo wachito rico —La vale la escucho y soltó una risa, las dos sabían que el profe y sus compañeros la habían escuchado ya que reían.
—¿Que dijiste?— Parecía que al profesor no le gustaban las intenciones de la Flavia y al Maicol tampoco.
—No se profe— La Flavia miro al profesor como si estuviera diciendo la verdad y la atención se desvió cuando alguien hablo.
—Yo quiero trabajar en un café con piernas— todos rieron al escuchar al Ariel hablando estupideces.
—El negocio de los cafés con piernas es guita— El profesor hablo dando a entender que también podría servir.
—Guita pa las minas y Plata pal dueño del café eso si— algunos rieron cuando escucharon a la Kathy.
El profesor los interrumpió defendiendo el trabajo —¿Ustedes piensan que porque haya chicas en colaless, no es un negocio?— No no era eso, la Vale sabia que era un trabajo como cualquier otro pero hacerlo significaba hombres yendo a comer solo para observarla y sexualizarla mientras hacía algo tan normal como trabajar, esa era la parte mala, los hombres.
—¿Por qué sabe tanto del café con piernas profe? ¿Va muy seguido? ¿O su mami trabaja en uno?— Se escucharon exclamaciones a las palabras del Maicol, y el profe eligió no responder sorprendiendo a más de uno.
𝑪𝑼𝑨𝑵𝑫𝑶 𝑬𝑳 𝑻𝑰𝑴𝑩𝑹𝑬 𝑺𝑶𝑵𝑶́ la Flavia y la Vale se miraron, cuando la vale se acercó el Lalo el se alejó excusándose con que iba a jugar a la pelota a lo que ella asintió viéndolo salir de la sala, algo le había pasado, se sentía raro.
