Ruptura

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Aunque allí se ve, tocando el timbre del apartamento tan conocido para él, sin tener ganas, pero no quiere estropear las cosas que tiene con Yoongi.

El mencionado le abre la puerta, tirando de él con prisa, tiene un bonito cabreo encima, son muchas cosas las que le enfadan, como el hecho de hablarle así de gilipollas o que tenga celos.

— ¿Por qué mierda estás celoso? — le pregunta yendo a sentarse en el sofá — ¡Tenemos reglas Kim!

— ¡No estoy celoso! — Taehyung aprieta los puños — son tonterías de Jeon.

— Mírate, si estás que echas humo ¡Y le has llamado Jeon! — Yoongi se revuelve el pelo — ¿No eras tú el que hablaba de nada de exclusividad?

— Me voy, Min — dice, dándose la vuelta.

— Si te vas, se acabó, te lo advierto — gruñe Yoongi — me niego a tratar con un puto niño.

— ¿Niño? Ya estás acabando tú con esto porque no quiero hablar — Taehyung se muerde el labio con fiereza — Jamás debimos empezar nada.

— Efectivamente, vete entonces — le escupe — no quiero verte ni un minuto más en mi casa.

Taehyung agarra el pomo de la puerta, no quiere irse, pero es demasiado terco para reconocerlo, una parte de él le grita que admita sus celos, que se gire y le pida la exclusividad, que ha odiado verle tontear.

Verle tontear con una mujer.

El sólo recuerdo le retuerce el estómago y opta por irse, dando un bonito portazo al irse.

Yoongi se tira del pelo, al borde las lágrimas, realmente se ha ido, esto se ha acabado. Se tapa la cara con las manos, negando con la cabeza, hace días que asumió lo muy pillado que está por Taehyung, haciendo prácticamente vida de pareja desde hace más de un mes.

Agarra al cachorrito y se va a la cama, esa que no tiene para él solo desde hace tiempo, rindiéndose en cariños de su gatito, porque hoy tendrá los del menor.

Hasta el último segundo antes de dormirse, mantiene la esperanza de que Taehyung vuelva, pero jamás pasa, esa relación tan extraña como cálida ha muerto más rápido de lo que él quería admitir.

El lunes en la empresa, el ambiente pesado que los rodea asfixia a todo el que tiene alrededor, nadie quiere estar al lado de ellos, los rehúyen puesto que cada vez que les dirigen la palabra sólo obtienen un gruñido o una grosería

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El lunes en la empresa, el ambiente pesado que los rodea asfixia a todo el que tiene alrededor, nadie quiere estar al lado de ellos, los rehúyen puesto que cada vez que les dirigen la palabra sólo obtienen un gruñido o una grosería.

Ni se miran nuevamente, se ignoran soberanamente en cada reunión o incluso han llegado a volver a insultarse.

La gente realmente los prefería llevándose bien. Jungkook está consternado, esto es lo último que quería, pero su hyung es demasiado terco para reconocer sus celos, siempre lo fue, no es la primera vez que pierde a alguien por ser así y parecía que realmente Suga hyung le gustaba.

Había vuelto a recuperar ese brillo tan lindo que tenía en la mirada, ese que hacia demasiado tiempo que no veía.

Ahora mismo se encuentran en la cafetería, lloriqueándole a un brick de leche de plátano, balbuceando cosas sin sentido por su hyung, hasta que una mano grande le toca el hombro, encontrándose con Taehyung a su lado.

— ¿Por qué no reconoces que estás celoso? No es tan complicado — lloriquea Jungkook — si hyung te gusta ¿Qué problema hay?

— Sí, estoy celoso — admite, en un hilo de voz — pero no puedo hacer nada, yo mismo puse las reglas, no puedo romperlas.

— Taetae hyung — el menor le agarra el rostro — déjate llevar por una vez.

— No es tan fácil, pequeño — el peligris le sonríe, triste — tú lo sabes mejor que nadie.

Las lágrimas se desbordan por los ojos del menor, que sólo puede abrazarle con cariño, realmente su hyung sufrió demasiado en el pasado y esto sólo le ha cerrado más de lo que ya estaba. El llanto de su amigo le invita a llorar a él también.

— Le echo tantísimo de menos, tantísimo — balbucea Taehyung — ¿Por qué se fue? ¿Por qué me dejó?

Jungkook llora con más desesperación aún, le parte el corazón que después de tanto tiempo, su mejor amigo siga así de derrotado.

— Hyung, por favor, no dejes ir a Yoongi hyung — ruega, escondido en su cuello — no otra vez, no hagas el mismo error.

Ciertamente no puede negarse a sí mismo lo mucho que echa de menos también a Yoongi, sus vidas estaban prácticamente ligadas la una a la otra y es el primer fin de semana desde hace un tiempo que duerme solo. Su almohada ya no le gusta.

— Es imposible, cariño mío — dice, suave — Yoongi no es para mí, si lo fuera, habría tenido más ganas de luchar por esto.

Hoseok que los buscaba se los encuentra lloriqueando en la cafetería y corre a abrazarlos también, sin entender qué pasa, pero un abrazo siempre viene bien.

— Creo que debemos hablar mis niños, me estáis ocultando información — susurra el mayor — vayamos a tu estudio bebé, estaremos mejor allí.

Ambos asienten y cada uno de la mano del mayor, van por los pasillos hasta su destino. Por el camino, Yoongi que se dirigía a por café, se encuentra con la mirada rota y azulada de su pequeño y homosexual amor pasajero, que le destroza el corazón al verle así.

Lucha con todas sus fuerzas para no abrazarlo y que llore con él, pero lo han dejado y ya no tiene sentido preocuparse por alguien que ha dejado que su orgullo gane.

Taehyung rompe aún más en llanto al ver que Yoongi sigue su camino, también él lucha por no abrazarle por detrás y susurrarle Yoonie hasta que le de esos besitos en la cara que tanto le gustan.

Esos que siempre le gustaron.

I (dont) like boys ❣ TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora