20. La invitación

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Mon observó el anillo de bodas de Song y se le ocurrió que era buena idea felicitarla, es lo que se acostumbraba a decir de todas formas.

—Felicidades, Song, seguro tuviste una boda muy linda. —Song y Sam se miraron a los ojos, sabiendo que nada de eso era verdad.

—Gracias, Mon. —Se limitó a contestar y aunque intentó ser amable, su rostros se percibía como triste.

—¿Dije algo malo? —A Sam le parecía muy tierna la manera en que Mon actuaba y quiso tranquilizarla.

—No, por supuesto que no. Es solo que el tema de la boda es algo complicado, pero desconoces la historia, Mon.

—Pienso que ustedes tienen mucho por hablar y yo no quiero interrumpirlas, cualquier cosa estaré en mi apartamento. Gusto en conocerte, Song.

—Lo mismo digo, eres muy bonita, Mon.

—Gracias, tú igual. —Mon se alejó y ambas hermanas entraron al departamento de Sam.

—Bienvenida a mi hogar, Song. —Song observaba con atención cada detalle de aquel apartamento. —¿Muy pequeño el lugar?

—Más bien estaba pensando en que este lugar es muy tú, Sam. Se respira libertad aquí y tiene tu buen gusto.

—Gracias. Song, tú eres bienvenida aquí siempre, pero me gustaría saber si hay alguna razón en especial de que estés aquí hoy.

—Desde que regresé de mi viaje con Kazem, tenía ganas de verte y saber cómo va tu vida. Aunque por lo poco que pude ver, todo parece ir de maravilla contigo.

—No me disculparé porque me hayas visto así con Mon...

—Y no tienes que hacerlo, Sam. Es solo que nunca mostraste interés por ninguna persona y ahora ha sido toda una sorpresa verte así con Mon.

—Ni yo sé explicar lo que me ha pasado con Mon, solo sé que desde que me sonrió por primera vez, yo no pude sacármela de la cabeza.

—¿Amor a primera vista?

—Algo así. Quisiera decir que todo fue muy rápido y fluido entre nosotras, pero te estaría mintiendo... Por varios momentos, creí imposible que ella y yo pudiéramos estar juntas, pero al final ambas nos dimos cuenta de nuestros sentimientos. Todo ha salido mejor que bien.

—Ahora entiendo las palabras de Tee, dice que eso de ser lentas en el amor debe ser algo genético. Aunque deseo que tu historia con Mon no sea como la mía con Ice.

—Lo de ustedes, es algo que me parte el corazón. Song, tus ojos nunca brillaron tanto como cuando estabas con Ice y ahora luces tan diferente.

—Nunca debí dejar a Ice, pero tampoco sabía cómo estar con ella. ¿Has sabido algo de ella?

—Todavía no me he animado a escribirle, no sé si le haría bien o mal saber de mí, como quiera soy tu hermana.

—Necesito saber que ella se encuentra bien, eso me haría más fácil todo.

—Me preocupas y mucho. Siento que estás a punto de colapsar y no sé cómo ayudarte.

—Sam, no dejes que la abuela te separe nunca de Mon, sea lo que ella te diga, créeme que no vale la pena.

—Sé que no será feliz con el rumbo que está tomando mi vida, pero no dejaré que siga controlando mis decisiones.

—Haces bien.

—¿Cómo se encuentra ella?

—Molesta. No acepta que Neung y tú abandonaran el nido. Solo se ha quedado conmigo, pero yo nunca fui su preferida.

La chica del apartamento 512 (Monsam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora