La chica del apartamento 512 (Monsam)

23. Todo mal

—Alguien regresó muy feliz del baño...

—¿Qué te puedo decir? El amor es algo que no se puede ocultar.

—Parece que tampoco el desamor.—Comentó Kade al observar a Nita regresar a su asiento, parecía tan confundida.

—¿Qué dijiste?

—Que me alegro de verte tan feliz con Sam, eso es en lo único que debes pensar.

—Sí. —Kade hubiera querido acercarse a Nita, le parecía que no se encontraba del todo bien, era obvio que no estaba poniendo atención a lo se estaba exponiendo. El problema de acercarse a Nita es que Kade tenía miedo de confesarle que ella no era Sam y causarle problemas a Mon.
No, ella no haría nada de eso, cuidaría a su nueva amiga y le demostraría su lealtad.

—No lo arruinaré por nada del mundo.

—¿Qué cosa?

—Perdón, creo que estaba pensando en voz alta.

—Descuida, no pasa nada.

—Por cierto, creo que tendré que buscarme una nueva habitación en el hotel.

—¿Lo dices por Sam?

—Sí.

—No creo que ella se moleste porque te quedes con nosotras.

—No me sentiría cómoda, Mon. No quiero ser mal tercio e impedir que ustedes disfruten estando juntas... —A Mon le llevaron algunos segundos entender a qué se estaba refiriendo Kade.

—Oh, eso. —Mon pensó que salvo la vez que Sam se había sentido mal, realmente ellas dos nunca habían dormido juntas y mucho menos hecho lo que seguramente pensaba Kade.

—¿No ha pasado, pequeña Mon?

—No...

—Pues pronto llegará el día. —Kade quizá no era la persona más alentadora del mundo, pero lo intentaba.

—No sé si estaré lista para ese momento.

—¿O sea que tú nunca?

—No creo que sea este el lugar para estar contando esas cosas.

—Oh, sí, tienes razón. Discúlpame, no quería estar haciendo tantas preguntas y mucho menos incomodarte. La prudencia no es una de mis virtudes, al menos eso siempre me dicen mis amigas.

—No me incomodaste. Es solo que...

—Descuida, te entiendo. No tienes nada de qué preocuparte, Mon. Cuando te sientas lista, estoy segura que Sam te va a cuidar, a nadie ha querido como te ama a ti.

—Gracias, Kade, me tranquilizan mucho tus palabras.

—Igual mejor poner atención al congreso. No estoy entendiendo mucho, pero ya me irás explicando después.

—Con gusto, Kade.

**********

El congreso terminó, pero no la celebración de cierre. Mon le avisó a Sam para que las alcanzara a ella y a Kade, después todas podrían irse al hotel. Mon se había quedado pensando en la conversación con Kade y había llegado a la conclusión que no podía seguir con la farsa que estaban interpretando todas.

No quería tener que esconderse con Sam y pensaba que tarde o temprano, Nita sabría de ellas y sería mejor ser honesta. Claro que le preocupaba que Nita fuera a molestarse, tenía razones para eso, pero el amor que sentía por Sam merecía ser presumido. Tomó valor y se acercó a Nita.