Capítulo 17

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Mientras estaba en clases, Marianne aprovechaba el tiempo para escribirle a Dimitri por correo. Su madre había sido muy clara con ella, incluso si Dimitri le escribía poco o nada, Marianne debía mantener comunicación con él.

Marianne no era una chica ingenua. Sabía que su madre estaba diciéndole que con los contratos que habían firmado no se podían permitir que ese matrimonio no se llevase a cabo.

Pero Marianne era la primera interesada en casarse con Dimitri, ya que eso le aseguraría cambiar diametralmente su vida. Así que Marianne le enviaba diariamente un correo a Dimitri, algunos correos apenas tenían un par de líneas, otros eran más extensos.

Sus correos hablaban de cosas cotidianas, de sus clases, de lo que hacía en la escuela, de sus calificaciones e incluso de lo que comía cuando no tenía otro tema de conversación.

No es que Marianne creyera que por medio de los correos se iban a conocer y mucho menos a enamorar. Los correos eran simplemente una muestra de que Marianne recordaba que estaba comprometida.

Dimitri era sumamente reservado, a veces ni siquiera le contestaba, y cuando lo hacía simplemente le deseaba que le fuese bien en sus exámenes y tareas o le hablaba del clima londinense.

Marianne sabía que en su otra vida habría odiado a Dimitri. La Marianne de antes pensaba que el amor eran esos sentimientos desbordados. Aquella Marianne deseaba el romance de las películas, donde un chico llega con cientos de rosas a declararse.

"Qué equivocada había estado." Marianne reflexionaba mientras le daba Enviar al último correo. Ciertamente, Dimitri no era efusivo, pero Marianne no estaba buscando un amor arrasador, Marianne deseaba una vida tranquila sin sobresaltos.

Ardiente pasión o la villana decide ser felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora