Capítulo 54

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Evan pasó quince días en el hospital, tiempo durante el cual se cuestionó su sanidad, ya que parecía increíble recobrar los recuerdos de otra vida. Sin embargo, cada uno de esos días le sirvió para poner en orden sus pensamientos.

Evan sentía que el mundo acababa de dar un giro de 180 grados y no se trataba de tener esos recuerdos; lo que mayor conflicto le causaba era los sentimientos que aquel otro Evan había experimentado después de la muerte de Marianne.

Recordaba una larga vida llena de pesar por perder a la mujer que lo había amado con todos sus defectos, con la que había construido una familia y con quien había tenido dos hermosos hijos. Evan podía sentir las cálidas lágrimas de sus dos hijos en el funeral y la inmensa tristeza que había quedado en ellos con esa pérdida terrible.

Ni Julien ni Liz se habían logrado recuperar del todo y la sombra de Marianne los acompañó durante toda la vida, junto con el profundo remordimiento por haber dudado de ella, por elegir a una desconocida sobre su propia madre, por haberla hecho sentir mal.

Ciertamente, Evan lo había tenido todo, riqueza, poder, salud, pero no fue hasta que la perdió y, sobre todo, hasta que supo cuán importante había sido en su vida que se derrumbó.

"¿Qué hacer?" Se preguntó durante varios días, esta era una nueva oportunidad y podía elegir dejar ir a Marianne, que cada uno construyera su vida. O podía intentar recuperar lo que había tenido, porque sabía que Marianne lo había amado profundamente, a tal grado que había permanecido con él, a pesar de su indiferencia.

Ardiente pasión o la villana decide ser felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora