Capítulo 67

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Evan notó a Marianne distante desde la mañana, más tarde la misma Marianne le pidió si podían platicar en una cafetería dentro del campus que solía estar vacía. Evan era consciente que la propuesta financiera traería repercusiones, pero no era el momento de titubear.

Cuando terminaron las clases, Evan y Marianne se dirigieron en silencio a la cafetería. En esos días ya era común verlos juntos, pues Marianne había sido quien más atenta había estado de auxiliarlo.

Al llegar, Evan pidió un par de cafés y ambos esperaron a que la orden estuviera lista sin intentar hacer conversación. Incluso después de pensar todo el fin en la conversación, Marianne dudaba en cómo empezar.

Evan recordó esas memorias donde Marianne vivía incómoda en su presencia y en cómo él mucho después de perderla había deseado evitarle tanta incomodidad.

"Supongo que esto tiene que ver con la propuesta que envié a la compañía de tu familia." Evan comenzó lo que sería una conversación difícil.

Al escucharlo, Marianne, por fin, lo miró. Evan sentía el latir desaforado de su otro yo al mirar de frente a Marianne, con esa calidez que no había apreciado en otra vida o que había anhelado justo después de perderla.

Brevemente, tan rápido como el aleteo de una mariposa, Eva sintió el dolor de aquella pérdida, sin embargo, no era el momento para eso. En el aquí y el ahora, era su oportunidad.

"La propuesta es sincera, es un acuerdo de cooperación que beneficia a ambas compañías. Sus abogados y consultores pueden revisarlo. No hay letras pequeñas, ni plazos." Evan continuó.

Marianne ya lo sabía. El domingo por la tarde su padre había hablado sobre el análisis a la propuesta y era una oportunidad inmejorable. Pero Marianne se preguntó la noche anterior cuál sería el costo de aceptar. Y, aunque no quería sobre pensar en su valor a los ojos de Evan, era importante marcar el límite.

"Sabes que estoy comprometida y que planeo casarme cuando regrese Dimitri." Marianne dijo como si fuera la respuesta evidente a la propuesta de negocio. "De hecho, antes de que se preste a confusión, quiero decirte que no pretendo que continuemos relacionándonos fuera de la escuela." Lo miró fijamente y sin vacilación alguna. "Para mí, solo eres un compañero de clase. Un compañero con el que no tengo intención alguna de relacionarme más allá de lo estrictamente necesario."

Marianne había sido más decisiva de lo que Evan esperaba, pero estaba bien. En el fondo le alegraba que ahora se sintiera libre de hablarle como iguales. En aquella otra vida, Marianne había estado o profundamente enamorada de él o en la etapa final de su matrimonio terriblemente decepcionada y frustrada. Nunca había habido un punto intermedio.

"Y si te dijera que rompas ese compromiso. Que deseo proponerte matrimonio, que estoy dispuesto a aceptar tus condiciones." Evan la miró con seguridad. "Sean las condiciones que sean. Estoy seguro que te haré feliz."

Marianne no pudo evitar pensar en cuánto había deseado escuchar esas palabras en otro tiempo, en otro lugar. E incluso su corazón roto y vuelto a unir latió con celeridad.

"No se trata de lo que podría ser, sino de lo que es." Marianne atinó a decir. "En mi presente y futuro estoy con Dimitri. Esa ha sido mi elección."

"Fue tu elección porque no tenías alternativas." Evan respondió categóricamente. "Ahora es distinto."

Evan estaba preparado, no había tiempo para dudar. Dimitri le llevaba ventaja, pero nada estaba decidido. Evan sacó un fólder y se lo pasó a Marianne.

Marianne palideció cuando un flash back vino a ella. Ese fólder era idéntico a aquel fólder con el que Evan le había propuesto matrimonio en su vida anterior. En aquella vida, Evan había sido claro, fríamente preciso, el matrimonio entre ambos era para asegurar la línea, donde Marianne firmaba un acuerdo prenupcial y quedaban estipuladas las reglas de su relación. Marianne en su amor por Evan había aceptado pensando ingenuamente que el amor vendría después.

Este sobre era parecido, pero con un contenido distinto. Aquí Evan le ofrecía todo a cambio de nada. Marianne no pudo evitar sentir que el piso se movía; el presente y el pasado estaban coincidiendo.

Ardiente pasión o la villana decide ser felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora