El aroma de la coincidencia | Wandanat

54. El beso

Estaba desesperada de llegar a casa para poder hablar con su esposa, había tenido problemas con algunos pedidos ese día, así que después del almuerzo se retiró al departamento de Yelena, estaba exhausta, necesitaba estar un rato con sus hijos y Natasha, hablar con ella y dormir a su lado para tener unas buenas horas de descanso, eso la animaba de terminar su trabajo lo más rápido posible.

Llegó a su hogar, abrió la puerta y ahí estaban sus pequeños, Kyle fue al primero que vio en su mecedora sonrió tomándolo en brazos y besando su mejilla repetidas veces, lo había extrañado a montones, faltaba muy poco para que cumpla un año, no podía creer lo rápido que pasaba el tiempo, si las cosas mejoraban en su matrimonio no veía el momento de poder tener otro bebé, continuó caminando y vio a Mason y Sophie en el comedor, se acercó a ellos, de pronto llegó Leila corriendo.

– ¡Hola mamá! – Exclamó su hija menor, los demás se dieron cuenta de su presencia por eso

– Hola, princesa – Sonrió besando la cabeza de su pequeña, después se dirigió a saludar a Mason y Sophie

– Mira el sticker en mi frente – Continuó diciendo Leila – El tío Steve me regaló un cuadernillo lleno de stickers de Bluey – Dijo emocionada

– ¿El tío Steve? – Preguntó frunciendo el ceño levemente

– Buenas noches, Wanda – Escuchó la voz del mencionado, quien estaba en la cocina junto a su esposa

– Buenas noches – Sonrió forzadamente, sorprendiéndose de inmediato de lo cerca que estaban Natasha y su ex esposo mientras cocinaban lo que parecía ser la cena

– Hola, dulce – Saludó la rubia viendo a su esposa, seguido a eso vio como le daba un poco del guiso que preparaba a Steve en una cuchara, la acercó a sus labios con una sonrisa

– Está quedando muy bien – Sonrió el ex esposo de Natasha

– Gracias – Emitió la rubia limpiando con su pulgar el mentón de Steve en el que había derramado un poco del líquido de la cuchara sin querer

Wanda presenció toda la escena como si hubiera entrado en otra dimensión, se sentía ajena y extrañada, sabía que Natasha y su ex marido se llevaban bien, pero no a ese punto.

– Natasha ¿Puedes venir un momento? – Dijo la castaña odiando cada segundo de lo que veía

La rubia se disculpó saliendo de la cocina, no entendiendo porque su esposa interrumpía el momento en el que estaba cocinando la cena.

– ¿Qué pasa, ojos bonitos? – Preguntó Natasha alejándose un poco de todos

– ¿Qué hace Steve aquí? – Cuestionó lo obvio, con notable fastidio

– Vino a ver a sus hijos – Respondió entrecerrando los ojos aún sin entender a dónde iba esta conversación

– ¿Se va a quedar a cenar? – Preguntó viendo como apagaba la hornilla y se sentaba en la mesa con Mason, Sophie y Leila

– Sí – Contestó – Creí que no vendrías hasta más tarde, así que le dije que se quede en vez de llevarse a los niños

– ¿Por qué no me consultaste al respecto?

– Porque es mi casa y creo que puedo invitar a quien yo quiera – Se cruzó de brazos

– No digo que no... pero siempre me avisas si llega Steve

– Dijiste que llegarías tarde, no creí que estarías justo para la cena – Se justificó repitiendo lo ya establecido

– Okay... – Decidió terminar la situación – Hoy me llevaré a Leila y Kyle conmigo