Su séptimo aniversario había sido hace poco, sonreía tomando las manos de su esposa, la guiaba por el gran pasadizo, caminaba hacia atrás mientras veía a Natasha reír levemente, llevaba un vestido corto algo suelto, se veía preciosa, no había día en el que no estaba segura de querer pasar el resto de su vida a su lado.
– Dulce... – Se quejó aferrándose a sus manos – Siento que me voy a caer en cualquier momento
– Claro que no – Rio levemente – Solo confía en mí
– ¿La venda en los ojos es necesaria?
– Totalmente – Sonrió soltándola para tomarla de la cintura, rio cuando ella se aferró a sus manos
– ¡No me sueltes!
– Claro que no, quiero tenerte más cerca – Llevó una mano de Natasha a su hombro para tomarla de la cintura, le dejó unos cuantos besos a su esposa retrocediendo hacia dónde quería llegar
– No recordaba tan largo este pasillo – Sonrió rodeando los brazos en el cuello de su esposa
– Es que nunca te había vendado los ojos para recorrerlo – Se encogió de hombros caminando con cuidado mientras seguía besándola
– ¿Llegamos? – Preguntó cuando escuchó una puerta abrirse y se detuvieron
– Llegamos – Sonrió besando su mejilla – Déjame ponerme detrás tuyo
– Okay, pero no me sueltes
– Jamás, láska – Sonrió posando el mentón en su hombro, colocando las manos en su vientre y jaló el extremo de la venda – ¿Qué te parece?
Natasha sintió que había viajado en el tiempo, parecía que era la primera vez que entraba en aquel lugar, sabía la ilusión que le hacía a su esposa volver a recobrar todo lo que perdió, pero más aún enseñárselo a ella.
– Está precioso – Sonrió – Se ve exactamente como era, me da mucha nostalgia – Acarició la mejilla de su esposa que aún posaba su mentón en su hombro – Estoy feliz de que vuelvas a reconstruir todo lo que es tuyo, ojos bonitos
– Gracias por estar a mi lado, mi Nat – Besó su mejilla
– No es nada – Volteó a dejarle un corto beso – Veo que ya estás avanzando con tu propio trabajo – Vio de reojo la mesa
– Bueno... tenía que estrenar mi nuevo laboratorio en mi nueva fábrica – Sonrió
– ¿Y para quien es? – Preguntó con curiosidad sabiendo que ella no usaba su don para cualquiera
– Adivina – Sonrió con una mirada traviesa poniéndose delante de su esposa guiándola a la mesa
– ¿Para ti? – Bromeó sabiendo la respuesta
– No – Rio
– Dime para quién entonces... – Insistió mordiendo su labio inferior, pues era obviamente para ella
– Para mi esposa – Alzó las cejas sugestivamente
– Y ¿Ella sabe que traes mujeres a tu trabajo? – Bromeó cruzándose de brazos apoyándose en la mesa de atrás, recordando que la primera vez que estuvo ahí, pensó que Wanda llevaba a todas sus conquistas a ese lugar
– Sí – Se encogió de hombros – De hecho fue la primera que traje aquí – Natasha rio levemente – También en su último cumpleaños le llené la casa de obsequios ¿Sabes cuántos años tiene mi mujer?
– Dulce, no, no lo digas – Negó rápido notando como se acercaba a ella
– Mi Nat – Rio rodeando sus brazos en la cintura de su esposa besando su mejilla – A mi no me importa tu edad, es un número, ni los aparentas y no importa realmente lo físico, aunque la mitad del mundo envidiaría verse así con cuarenta años
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El aroma de la coincidencia | Wandanat
FanfictionEl azar para no estar siempre a nuestro favor es algo que nos acompaña día a día... pero hay personas a quienes les cambia completamente la vida, después de un divorcio se mudó a un pueblo alejado con sus hijos intentando buscar la paz mental que ne...