El aroma de la coincidencia | Wandanat

45. Las ideas

Amaba solo estar con su esposa, Natasha la había convencido de ir ese día a almorzar a un restaurante, porque quería estar al lado suyo toda la mañana, así que regresó de dejar a Mason y Sophie en la escuela, subió a su habitación junto a su esposa, se puso algo cómodo para poder estar en la cama con la rubia, y pusieron el canal de caricaturas favorito de Leila, quien estaba en la pateadera de la cama con algunos de sus juguetes.

Wanda sonreía de ver a su pequeña y abrazar a su esposa, su vientre estaba cada vez más grande, se veía preciosa, aún faltaba casi la mitad del embarazo, pero ya estaban planeando decorar la habitación del bebé en la casa más grande, Natasha aún no le había dicho que había decidido perdonarla por completo, estaba segura de que lo haría al día siguiente, tenía planificada una cena muy linda, casi como cuando le pidió matrimonio.

– A mi me gusta el nombre de Wyatt para el bebé – Dijo Natasha que estaba recostada en el hombro de su esposa sintiendo una mano de la castaña en su cintura y la otra encima de su vientre

– Mi hijo no va a ser un espía ruso – Mencionó alejándose un poco de ella para verla al rostro – Nate suena lindo – Determinó asintiendo – Es clásico y suena bien junto al nombre de nuestros demás hijos

– Mmmmmm... no me convence – Negó la rubia

– Si quieres le ponemos Wyatt y que le hagan bullying toda la primaria – Se encogió de hombros

– No se dejaría – Sonrió de lado, Wanda rio levemente besando a su esposa

– No, no se dejaría – Suspiró besando el rostro de su esposa – Aún tenemos tiempo para pensar su nombre

– Deberíamos también pensar en un buen pre-escolar para Leila – Suspiró notando que ya faltaban pocos meses para que cumpla tres

– No quiero mandar a mis hijos lejos – Se quejó – Suficiente cuando Mason se baja del auto dos cuadras antes y Sophie ya no me deja llevarla de la mano a la entrada – Ocultó su rostro en su cuello

– ¿Por eso quieres seguir teniendo más? – Bromeó

– Eso y que nos salen muy lindos – Sonrió besando su cuello – Parecen esos niños que ves en catálogos de familias perfectas

Natasha rio sonoramente – Eres increíble, dulce

– Ya sé – Emitió presumida

– Mami – Llamó Leila – ¿Puedo saludar a mi hermanito? – Preguntó la pequeña gateando en dirección a ellas

– Sí, cariño – Asintió Natasha con una sonrisa

Wanda ayudó a su esposa tomando las mantas de la cama para destapar su vientre, subió la camiseta que llevaba ese día, Leila se acercó con una sonrisa posando ambas manos en su vientre y dejándole un beso.

– Con cuidado, princesa – Advirtió la castaña – No te apoyes mucho en tu mami

La pequeña asintió obediente y volvió su atención a su hermanito – Hola, Kyle. Estoy viendo dibujitos... tú no puedes, así que te diré lo que veo en la tele – Dijo empezando a describir las caricaturas que tenía en pantalla

– ¿Cómo lo llamaste? – Preguntó Natasha con curiosidad

– Kyle – Respondió Leila con simpleza interrumpiendo lo que decía – Así le digo – Asintió acomodándose mejor mientras pasaba la mano encima del vientre de su mamá, con algo de torpeza y sin mucho cuidado

– Kyle suena lindo – Sonrió Natasha acariciando el cabello de su hija

– A mi también me gusta, Kyle Romanoff-Maximoff – Dijo segura