El aroma de la coincidencia | Wandanat

18. La invitación

Estaba en casa empacando su maleta, sería un estupendo fin de semana, había planeado detalle a detalle lo que harían, por fin tendrían su primera noche juntas a solas completamente, en la que no creía que podrían resistir más, estaba emocionada porque así sea, quería que la situación sea especial para Natasha, pues a pesar de que le había mostrado sus constantes ganas de que suceda, también sabía que jamás había estado íntimamente con una mujer y quería que fuera especial para ella.

Se supone que ese fin de semana también saldrían con sus amigos, estaba ansiosa porque su novia al fin conozca a su mejor amiga, estaba muy segura de que se llevarían bien y Yelena por fin aceptaría que Natasha era buena para ella, la había hecho aspirar y querer muchas cosas que antes no creía posibles, estaba tan enamorada sentía que el corazón le iba explotar en cualquier momento, disfrutaba mucho de su vida al lado de ella, habían pasado pocos meses, pero ya quería formalizar, esperaba que su novia tenga la misma idea, claro que lo hablaría con ella, aunque se habían prometido mucho en ese tiempo.

Bajó la vista a su teléfono, era justo su novia quien la llamaba, emocionada, lo tomó y contestó.

– Hola, láska, estoy súper lista para nuestro romántico fin de semana – Emitió animada

– Amor, perdóname – Escuchó al otro lado de la línea la voz triste de Natasha – Steve dice que no podrá tener a los niños este fin de semana, que tal vez el siguiente – Suspiró agotada – Sé que habíamos hecho planes, aún así si quieres puedes venir a quedarte, aunque van a estar los niños

– No hay nada mejor que pasar el tiempo con mi novia y sus hijos, llego en unos minutos como acordamos – Sonrió entendiendo, sí le molestaba un poco tener que cambiar sus planes, pero ya se estaba acostumbrando a que el ex esposo de Natasha siempre les falle en momentos importantes

– Perdóname, ojos bonitos – Decía ligeramente triste de abandonar su fin de semana romántico – Excúsanos con tus amigos, porque tampoco podremos ir al bar con ellos

– No te preocupes, láska – Se encogió de hombros – Vamos a pasarla bien igualmente, sé que no podremos hacer cosas de adultos y mi arsenal de juguetes sexuales lo tendré que sacar de la maleta, pero fuera de eso todo se arregla – Decía bromista y la escuchó reír al otro lado de la línea

– Está bien, ojos bonitos, gracias por ser tan comprensiva, te amo – Wanda sintió que el corazón se le derretía, esas dos simples palabras mejoraban su vida entera desde la primera vez que la escuchó

– Te amo mucho mucho mucho más, láska – Sonrió – Y también a tus hijos, para nada son una molestia, me imagino que estarán tristes de que su papá les falló, así que veremos algo entretenido para hacer todos

– Gracias, amor, eres la mejor

– Tú lo eres – Suspiró con una sonrisa – Ya déjame colgar para ir a casa

– Okay, ojos bonitos, conduce con cuidado, te amo

– ¿Qué dijiste? – Mordió su labio inferior queriendo escucharlo de nuevo

– Dije que te amo y me muero por darte muchos besos, ya cuelga – Reiteró

– Okay, okay, te amo, láska, nos vemos – Y antes de que su novia diga algo más colgó la llamada, pues era capaz de quedarse horas al teléfono solo escuchándola cuando podía tenerla entre sus brazos

Terminó de poner unas últimas cosas y cerró su pequeña maleta, la verdad tenía ya varias cosas en la casa de su novia, pero igual quería llevar más y a Natasha no le molestaba en lo absoluto.

– ¿Nos vemos mañana en la noche entonces? – Escuchó tras ella la voz de Yelena que la hizo respingar

– Steve le falló a Nat, así que nos quedaremos con sus hijos – Se encogió de hombros