Entró a su casa nerviosa, quería ver a su esposa, estaba tan arrepentida de lo que pasó ayer, no sabía que haría o pasaría ahora con Yelena, cuando despertó, ella ya no estaba, aún no podía creer que su mejor amiga haya estado enamorada de ella desde hace tantos años, recordaba la descripción de esa misteriosa chica que conoció en la universidad, no podía creer que había pasado tanto tiempo para que sea ella de la que hablaba, estaba segura de que Kate lo sabía, se sentía abrumada por tanta información nueva.
Sus hijos estaban en la escuela, su bebé seguro que con Natasha en la habitación, caminó intentando buscarle algún sentido a esas últimas horas, se sentía terrible de llegar tarde a casa, recordó que no debía tomar alcohol porque ese día debía ir con sus hijos, seguro su esposa estaba enojada, no quería enfrentarla, pero debía hacerlo, ella se tenía que tomar el tiempo de ayudarla y esa mañana, Natasha seguro que había hecho todo sola, se sentía fatal, escuchó unas voces en la cocina, algo extrañada se acercó, vio a su bebé en su mecedora, Kyle veía directo a la puerta, dónde ella estaba, Wanda sonrió dispuesta a tomarlo en brazos, pero la conversación que tenía su esposa con Steve llamó completamente su atención, se quedó ahí estática escuchando.
– Gracias por haberme ayudado esta mañana, Wanda no llegó y justo el auto se arruinó, tampoco me contestaba el teléfono, fue un caos – Suspiró la rubia, la castaña recordó que su teléfono había muerto, recién lo había cargado en el auto y se dio cuenta de las llamadas perdidas, pero quería llegar a casa para hablar directamente con ella
– No es nada, Nat – Se encogió de hombros – Recuerda que tú y yo hacíamos esto todos los días, con menos niños, pero sí – Bromeó
La rubia rio con ligereza tomando de su taza de café – Me sorprende que hayas estado viniendo seguido desde que llegaste – Sonrió
– Bueno Nat, no habíamos tenido tiempo de hablar, pero volveré a vivir aquí – La vio a los ojos
– Es una gran noticia – Dijo con emoción tomándolo de la mano
– Estaré más cerca de los niños, quiero tomarme todo el tiempo para poder disfrutar a mis hijos, Mason ya tiene catorce años, Sophie, once... es increíble como crecen y yo solo los he estado viendo unos cuantos días al año, no quiero perderme más de ellos – Fue sincero acariciando la mano de su ex esposa, Wanda solo quería que dejen de tocarse
– Eso me alegra – Sonrió – Tus hijos te extrañan mucho cuando no estás
– Lo sé, Nat – Apartó un mechón de cabello de su rostro – También los extraño, a Mason, Sophie y a ti
La rubia agachó la mirada – Ahora que dejaste de ser un estorbo y en verdad me ayudas, pues creo que también te extrañé desde la última vez que nos vimos
Steve rio – No sabía que me considerabas un estorbo...
– Lo eras – Fue honesta – Pero estos días te luces cocinando y llegando cuando tengo problemas como esta mañana, me ayudas con mis cuatro hijos y eso lo aprecio en demasía
– Kyle me recuerda a cuando Mason era un bebé y Leila, es todo lo contrario a Sophie, lo cual me parece divertido, físicamente es igual a Wanda
– Y en carácter también... – Rio
– ¿Todo va bien con ella? – Preguntó con intriga – No tienes porque responder si no quieres
– Es solo que... – Suspiró – Discutimos mucho, desde antes de querer darnos un tiempo, nosotras ya no estábamos bien, aún la amo y quisiera arreglar nuestro matrimonio, pero no quiero pretender que todo está bien cuando la más mínima cosa le disgusta, hoy no es la primera vez que no me contesta el teléfono y cuando se lleva a los niños con Yelena la veo tan feliz y bien, es como si quisiera borrarme del cuadro de algún modo, no creo que así sea, pero así lo siento
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El aroma de la coincidencia | Wandanat
FanfictionEl azar para no estar siempre a nuestro favor es algo que nos acompaña día a día... pero hay personas a quienes les cambia completamente la vida, después de un divorcio se mudó a un pueblo alejado con sus hijos intentando buscar la paz mental que ne...