El suave murmullo de voces le llegaba a Julieta mientras dormía, pero no fue hasta que sintió un ruido más fuerte que comenzó a despertar.
—Miren qué lindos cómo duermen juntos —susurró una voz divertida.
—Shh, tarado, bajá la voz. Se van a despertar y nos van a meter una patada en el orto —advirtió otra, entre risas contenidas.
—¿Sacaste fotos? Necesito empapelar todo Instagram con esto.
La pelirroja soltó un quejido, aún atrapada entre el sueño y la realidad, pestañeando varias veces para aclarar la vista. Frente a ella, Rodrigo y Paulo los miraban con los celulares en mano, listos para capturar el momento.
—¿Qué hacen, enfermos? —gruñó Leandro con una voz gruesa, su tono grave agregando un aire de seriedad inesperada a la situación. Julieta sintió cómo su cuerpo se tensaba al escuchar la voz firme del ojiazul a su lado.
—¡Rajemos! —gritó Paulo, y en un segundo ambos salieron corriendo de la habitación, escuchando solo las risas ahogadas de De Paul.
Julieta, aún medio dormida, soltó un suspiro y dejó caer la cabeza hacia atrás, solo para toparse con la imagen de Leandro, quien recién comenzaba a desperezarse. El futbolista, con su rostro todavía marcado por el sueño, se estiró deliberadamente, haciendo fuerza con los brazos para mostrarse más despierto. Su mirada se cruzó con la de ella, quien no pudo evitar sonreír ante la escena.
Leandro, consciente del impacto que causaba, la observó con una sonrisa ladeada.
—Buen día, dormilona —dijo, su voz aún algo rasposa.
—Buen día, bostero —respondió Julieta, recuperando el aire socarrón mientras se incorporaba lentamente, soltando una risa leve por la situación que acababan de presenciar.
Aún sentía el calor del cuerpo de Paredes a su lado, y aunque la vergüenza por haber sido sorprendida durmiendo pegada a él comenzaba a disiparse, no pudo evitar recordar la calidez que había sentido al abrazar su pierna la noche anterior.
—Dormí re bien, ¿y vos? —le preguntó él, aún recostado contra el cabezal de la cama.
—Y... mirá, entre haber usado una pierna en vez de una almohada, la verdad que no dormí tan bien —respondió ella con una sonrisa.
—La próxima me vas a abrazar a mí —bromeó Leandro, acercándose para acariciarle la mejilla con suavidad—. Me re asusté ayer, boba.
Julieta entrecerró los ojos, recordando cómo había vuelto al hotel antes que los demás, sin pensar demasiado en lo que hacía, simplemente dejando que el alcohol y el malestar físico la guiaran.
—Estaba re puerta, ni analicé las cosas antes de agarrar mis cosas y tomarme el palo —se disculpó, sintiendo un ligero rubor en las mejillas.
Leandro negó con la cabeza, como si no fuera para tanto.
—Igual tuve suerte y pude dormir con vos —dijo él, sonriendo de lado, sin perder esa chispa de complicidad.
Julieta y Leandro estaban cómodamente recostados en la cama, cuando escucharon el sonido de la puerta abriéndose. De inmediato, ambos se separaron instintivamente, como si hubieran sido sorprendidos haciendo algo indebido. Julieta puso su mejor cara de orto, y Leandro no tardó en imitarla, devolviéndole una mirada malhumorada.
—Dormí como el orto por tu culpa —dijo ella, cruzándose de brazos.
—Bue, eso es porque le tenés miedo al éxito y no querías dormir al lado mío —respondió él, con tono burlón.
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redhead - leandro paredes
FanficJulieta probablemente no se había odiado con alguien tanto como lo hacía con Leandro. O bueno...eso le hacían creer a todos. +18 modismos argentinos prohibida la copia total, parcial o adaptaciones de esta historia