En Seúl se encuentra la mafia más poderosa y peligrosa de nombre 실버 문 silbeo mun (Luna de plata) , pero sus miembros al tener un límite de edad decidieron entregársela a sus hijos.
Los jóvenes comienzan a relacionarse para ser "amigos" y buenos comp...
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Tome la mano del pecoso y rápidamente lo lleve al taxi, no me importaba si me miraban raro; necesitaba saber todo y para eso tengo que estar con el rubio.
"maldición Hwang pareces maldito enamorado actuando así" mi subconsciente me hizo entrar en razon, así que solté la mano de Lee y limpie mi mano con mi pantalón rápidamente; dándome cuenta de cómo el contrario volteo los ojos.
Le di la dirección al taxista y rápidamente el automóvil se empezó a mover.
Después de unos minutos llegamos al lugar, al cual llevé casi arrastrado al más bajo mientras el contrario se quejaba.
—¡Ay! ¡Ya sueltame ridículo!– grito el chiquillo que tenía sujetado mientras pataleaba como un niño pequeño.
—Deja de comportarte como un pequeño Lee– dije con un tono serio.
—¡Dejaré de comportarme así cuando me sueltes!– siguió quejándose y después de varios minutos solté su muñeca bruscamente para que dejará de joder.
—Ya, ¿Feliz?– dije groseramente para después encajar mi mano en uno de mis bolsillos traseros.
—Si– respondió secamente el contrario.
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Ya nos encontrábamos sobrevolando el cielo, el rubió al frente de mi seguía hablando mientras yo escribía todo en la libreta.
—No se atreverá a hacernos nada– respondi al escuchar la amenaza que el chico le había proporcionado a Felix.
—Pero eso no impida que yo tenga miedo de que algo malo me o nos pueda pasar– musito el rubio para después poner su mano sobre la mesa.
Puse mi mano sobre la de el y la acaricie ligeramente mientras lo veía, estuvimos así varios minutos.. Podía escuchar los pequeños sollozos del contrario.
"se ve tan marcado por esto..." mi conciencia hablo y segundos después me di cuenta de lo que hacía, aparte mi mano, mire a otro lado y aclare mi garganta.
—Sigamos..– dije seriamente para tomar de nuevo el bolígrafo y seguir escribiendo lo que decía el pecoso.
—Tengo ligeras sospechas de que tiene algo conmigo... Aunque estaba amenazandome su voz portaba un tono muy.. Muy.. Coqueto, eso también era algo que me ponía los pelos de punta– hablo el chico mientras jugaba con sus manos.
No pude evitar sentir un poco de enojo al escuchar eso, no entendía por que lo sentí.. Se supone que me cae mal y yo le caigo mal a el.. Entonces, por que apareció ese sentimiento.
—estaremos juntos los siguientes tres dias– dije firmemente para después escuchar lo raro que se escuchó tal cosa.
—¿Osea, solo nosotros dos?– pregunto tímida pero curiosamente el pecoso, haciendo que yo me ruborizara en exceso.
