Epílogo

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Es una buena noticia saber que un caso de asesinato se haya serrado y se haya hecho justicia. El problema es que tras el contexto de cada persona involucrada se crean otras preguntas sin respuesta y es que, ¿realmente el caso tuvo final feliz?

Los orígenes de la mente humana son un misterio aterrador, el funcionamiento de la vida y sus ambientes pueden provocar ciertas reacciones desfavorables para el desarrollo de un ser humano. ¿De quien es la culpa en ese caso? ¿Sería correcto nombrar un Dios y echarle la culpa de todo lo que sucede en la tierra? ¿Sería correcto juzgar a las personas por sus cuestionables acciones que al fin y al cabo son producto de otros factores impuestos por otra gente? ¿Existe el origen concreto de un culpable en especifico? ¿Por qué el castigo sigue sin ser justo? ¿Por qué los finales felices resultan ser los mas trágicos en una historia que busca justicia?

¿El mal tiene nombre u origen? ¿Alguna causa? 

¿El bien es realmente correcto?

El camino es tan confuso para el desarrollo del ser humano que a veces el mundo a través de la percepción está tan corrompida que simplemente se rompe. No existe ningún camino. Solo una red termina por ahogarnos como a un pez fuera del agua.

Tantas preguntas sin respuestas, y aún así nos quedamos pensando en ellas sin motivo, aún si no llegamos a ningún punto, le damos una importancia tan ridícula que acabamos perdiéndonos en  la nada. 

¿Y cuál es el propósito al final? ¿Con qué finalidad vivimos nuestras vidas?

Pero volvía a ser un lindo día. Y si sigues vivo no queda más que seguir viviendo.

JungHwa se preparaba para volver al trabajo después de haber acabado sus días libres. Se sentía más tranquila después de todo lo sucedido.

MoonJo y JongWoo habían muerto. Prácticamente Seo MoonJo había cumplido su fantasía de terminar siendo como Bonnie y Clyde modernos. Al menos la muerte de JongWoo no fue en vano.

Le aliviaba saber que su buen amigo DakHo estaba a salvo de toda la controversia y presiones en Canadá junto a su novio. Les iba bien, tenían una buena vida.

Ahora DaEun tenía su propia oficina, pero a pesar de eso se la pasaba merodeando en la oficina de JungHwa, simplemente para molestar. Aunque a JungHwa no le molestaba, era agradable tenerla como compañía. 

El departamento de investigaciones especiales jodía menos luego del incidente. Debido a que prácticamente hicieron un escándalo en vano teniendo al asesino ya muerto, así que el crédito quedaba para el departamento de Park SooBok, gracias a JungHwa. Pero lo importante no era el crédito. Era haber podido haber hecho justicia.

- ¿Hemos sabido algo de JiEun? - Preguntó JungHwa.

Era la única persona que había desaparecido luego del caso. Algo que preocupaba a la oficial, entendía que debido a la muerte de JongWoo la chica podía estar sintiéndose culpable, y temía que volviese a atentar contra su vida. Pero lamentablemente no había noticias ni huellas de su paradero.

El trabajo fue como siempre, afortunadamente nada grave, algunas peleas de adolescentes, pequeños robos con solución, altercados por estafa.

A JungHwa la hacia sentir pacifica de cierta manera el hecho de que no sucedieran acontecimientos de alta magnitud. Quería pensar en que la calma podía durar.

Pero pronto todo eso se vio interrumpido.

- Hay una llamada en los edificios de Daehak-ro, una señora dice que están matando a alguien, porque escucha gritos en el apartamento vecino. - Oyó la radio.

JungHwa y DaEun asistieron de inmediato, yendo a la patrulla para tomar la ruta.

- ¿Crees que se trate de un asesinato real o un mal entendido?

TóxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora