El rapto

495 30 9
                                    


Ya es tarde en la noche, me dirigía a mi casa, ya sabes, por el camino habitual.

Di un paso, luego el otro, mis pies se alcanzaron a mojar a través de las zapatillas. Ha llovido un par de horas antes, pero no como esa lluvia aburrida y normal que dan ganas de tomar café o chocolate, si no de esa lluvia que hela los huesos debido a los fuertes sonidos de los truenos y el viento sobre las ventanas. Algo en mi en ese momento presentía que iba a suceder un desastre, pero jamás se me hubiera cruzado por la mente lo que tendría que vivir después.

Seguí dando paso tras paso, esquivando los charcos de agua acumulada, para tratar de no ensuciarme. Tenía mis audífonos puestos e iba sumergida en el bajo de la canción, cada golpe de las cuerdas que podía sentir en mi plexo solar, cuando de repente sentí una sensación que es más habitual de lo que podrías pensar. Recordé a un viejo amigo que me había hecho una pregunta: ¿Te ha pasado que sientes que alguien te mira?

El vacío en mi estómago se volvió más pronunciado como un profundo agujero negro que se traga todo a su alrededor, pero me negué a mirar hacia atrás por miedo tal vez de confirmar que realmente había alguien siguiéndome.

Aceleré mis pasos y traté mirar de reojo si alguien venia detrás de mí, pero la verdad es que no ví nada, literal, aunque uso gafas mi visión en la noche se reduce considerablemente hasta el punto de solo divisar ciertas luces. La desesperación se apoderó de mi cuando decidí cruzar de calle, justo al dar un paso, saltó sobre mí.

- Mierda, maldito gato, casi me matas de un susto.

Me reí entre dientes y continúe mi camino, la verdad es que a veces eso me pasaba en el trabajo, sentía una mirada y era uno de los gatos de mi jefe que me observaba con sus grandes y dilatados ojos amarillos desde una esquina, creepy.

Mi corazón fue disminuyendo su velocidad, ya pronto estaría por llegar a mi casa, mi zona segura, en ese momento solamente deseaba con toda mi alma, quitarme las zapatillas húmedas y meterme a mi cama a dormir, recordé que me quede pensando si debía hacer comida o cuando llegara a casa, pero una voz en ese momento me sustrajo de mis pensamientos.

- Victoria.

Mis ojos se abrieron de par en par, pensé que tal vez escuche mal, eso también me había pasado antes, pause la música y giré mi cabeza hacia atrás. Una sombra de una persona se acercó rápidamente a mi tapando mi rostro con algo, mi corazón volvía a latir a millones y mi cuerpo entro en modo supervivencia, pues ya sabía que de este tipo de situaciones solo sueles salir de una forma.

Me giré como pude, pero la persona que me tenía agarrada era mucho más grande que yo, tenía su mano en mi boca, sujetaba algo parecido a un pañuelo con un aroma dulce, no me dejaba respirar. Con su otra mano me tenía sujeta de la cintura, con mis brazos hacia adelante y mi mochila en la mitad haciendo peso hacia abajo.

Mi celular cayó al suelo mientras intentaba soltarme, mis latidos se escuchan en mis oídos y mis ojos dejaban de ver a causa de las lágrimas, finalmente cedí. Mi cuerpo se sentía denso y mis pensamientos quedaban flotando como si el tiempo se hubiese detenido.


Les comparto esta versión del primer y segundo capítulo de la historia en versión audiolibro, gracias a la EditorialHistorias9  Isis_Alx AndresEskinipity  y CamiloQuintanaBello

Hubo una vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora