Todos los guardaespaldas empezaron a salir del cuarto al ver la escena, pero Alex se detuvo y gritando dijo.- ¡ALTO! ¿A DÓNDE CREEN QUE VAN? USTEDES VAN A VER ESTO. Todos los guardaespaldas se miraron extrañados, era la primera vez que Alex les daba una orden así. - Todos párense alrededor de la cama.
Mis ojos mostraban confusión, ¿Qué los guardaespaldas iban a ver? No solía ser una mujer tímida, pero 15 pares de ojos mirándome eso es otro nivel. Alex me empujó sobre la cama de golpe y continuó con sus besos en mis pies, solo podía ver a los hombres mirándome en lencería blanca siendo besada por su jefe.
Las manos de Alex empezaron a subir por mi cadera haciendo que mi piel se erizará, su toque era fuerte y desesperado, recorría cada centímetro de mis caderas ya moreteadas, él siguió subiendo su boca por mi cuerpo hasta llegar a mi cuello, a este paso yo ya me encontraba disfrutando de placer la humedad de su lengua, no importaba que esta pasando alrededor porque mi mente estaba en los toques de este hombre guapo.
Alex sabía lo que hacía, pues solo con su boca logró humedecerme en abundancia. Él con gracia me quitó la lencería dejándome solo en la diminuta tanga. Me levantó con fuerza y me puso en su regazo sin dejar desentendido mi cuello. Ahí me encontraba yo con mi trasero expuesto a la vista de todos. Mi respiración se convertía rápidamente en gemidos al sentir su excitación en mi entrepierna, estaba disfrutando al máximo el calor de sus mordiscos en mi cuello, me mordía con tal necesidad de poseerme y yo le correspondí moviendo mis caderas, enredando mis dedos en su cabello, restregando mis senos en su perfecto pecho y llenando sus oídos de melodiosos quejidos de satisfacción.
Él giró mi cuerpo nuevamente para quedar boca abajo, puso una almohada en mi estómago, así mi cuerpo quedaría alto para él poder tener acceso a él. En esta posición mi rostro quedó de frente a uno de los guardaespaldas, el chico definitivamente estaba concentrado en la escena, viendo mi rostro húmedo de sudor, mis ojos de lujuria y mi boca entreabierta, así como yo estaba expuesta ellos también lo estaban y pude ver su erección crecer un poco entre sus pantalones, esto, aunque muy raro me excitó aun más, cerré mis ojos para concentrarme en su toque.
Alex se acomodó entre mis piernas y uso sus rodillas para que las mías se abrieran aun más. Él aprovecho en esa posición y me dio una nalgada suave que fue muy placentera haciendo que mis gemidos fueran aun más altos cada vez.
En esa posición metió sus dedos dentro de mi para jugar con mi punto G y clítoris tal como la vez pasada, que bien lo hace, pensé mientras mis puños apretaban las sabanas.
Sus dedos se movían con más agilidad haciendo que mi cuerpo se moviera hacia él para sentir más sus movimientos.
- Estas demasiado húmeda, It's finger licking Good. Dijo pasando sus dedos por su boca probando mis fluidos.
Seguido corrió la pequeña tanga y enterró su rostro en mi sexo, haciéndome estremecerme al sentir su lengua recorriéndome. A este punto yo era la que mantenía el ritmo moviendo mis caderas sobre su rostro para obtener el mayor placer posible, pensé que tenía que aprovechar, no podía quedar iniciada como las otras veces.
Alex retiró su rostro de mi cuerpo, y me arrancó la tanga tan fuerte que quedaron marcas rojas en mi piel de las tiras.
- Mmm ahh. Gemí.
Aprovechó el movimiento involuntario para pasar sus dedos desde clítoris hasta mi ano, haciendo que mi cuerpo de contonease mucho más. Alex me giró bruscamente para quedar debajo de él, pude ver su mirada caliente, su lenguaje corporal desesperado, su mirada me recorría con placer, al igual que sus manos dejando marcas en su recorrido.
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Hubo una vez
Teen FictionVictoria es una joven común, lastimosamente no sabe escoger sus amistades, un viejo amigo obsesionado con ella la pone en aprietos y queda en la mitad de una disputa de la mafia. Acompáñame en esta historia de secuestro, traición, sexo y síndrome de...