El intruso

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- Oh que pena señorita, tienes razón, no me he presentado bien. Mi nombre es Mark, como te dije, soy un buen amigo de Jamie, hace un tiempo trabajé para Alexander, justo aquí donde estas, pero las cosas no salieron muy bien y tuve que escoger un bando, me acerqué a tu amigo Jamie y aquí estamos. Dijo el hombre.

- Es que no entiendo qué tengo que ver yo aquí. Dije murmurando.

- ¿Alexander no te ha contado linda? Preguntó Mark.

- ¿Qué cosa? Dije con incredulidad.

- La razón por la que estás aquí. Dijo Mark mirándome con sus ojos vacíos.

Me quedé callada tratando de procesar lo que estaba escuchando, puse mis manos en mi cabeza. Mark suspiro con decepción y se acercó nuevamente.

- Te voy a contar, ya que si Alexander no te ha contado es por algo. Alexander y Jamie tenían negocios con unos fabricantes de armas, ellos habían trabajado muchos años en la industria y se llevaban bien, Jamie casi era la mano derecha de Alexander. Por ese tiempo hubo muchos rumores de que había un traidor en la familia, pero hasta el momento no sabían quién era. Se metió en la historia Mark.

- Ajá. Dije mientras escuchaba.

- Alexander sospechaba de todos menos de la persona más cercana a él. Dijo Mark con una sonrisa. - Su prometida. Repitió haciendo énfasis en la palabra.

Mi corazón se detuvo, ¿ Alex tiene una prometida? La decepción se apoderó de mi cuerpo.

- Y pues sí, Eli la prometida de Alexander era la traidora, ella conocía mucha información sobre los negocios de la familia y por su posición sumisa nadie sospechó de ella. Lastimosamente para mi querido amigo Jamie, tenía una conexión con esa mujer, no algo romántico, pero si como de hermanos, y él juró protegerla a toda costa pues Alexander dió la orden de encargarse de ella. Dijo Mark de forma decepcionada. - Aquí entre nos, solo creo que Alexander la mandó a matar porque aun la ama y él es demasiado posesivo como para soportar que alguien más la tenga, en fin, Jamie se escapó con Eli, y la familia y Alexander para vengarse de la misma forma que lo hizo él, te secuestraron y te trajeron aquí.

No podía creer lo que escuchaba, solo me dejé resbalar por la pared para quedar en el suelo.

- Tu eres el amor de la vida de Jamie, él siempre habla maravillas de ti, pero lo que no entiendo es por qué, sé que eres una mierda con él y tu no tienes el más mínimo interés en él. Pero aun así te ha defendido de todas las formas posibles, la verdad es que Jamie es un idiota, si solo viera a la persona que tiene en frente no le harían falta las putas como tú. Dijo mirándome con desprecio.

Todo estaba empezando a encajar, y no se si quería saber más.

- Cuando Jamie se fue, obviamente yo lo seguí por amor supongo, pero eso a los ojos de Alexander también significó traición. La porquería de Alexander me hirió donde más le dolía, con mi familia, y ahora es mi turno.
Mi mirada seguía en el suelo, era demasiada información que procesar, ¿Yo solo fui una venganza para Alex? Podía jurar escuchar mi corazón partirse, mi estomago sentir el vacío, mi rostro no mostraba expresión alguna.

- ¿Sabes qué pasa? Tu eres solo un infortunio, una piedra en el zapato. Dijo Mark halando mi cabello hasta sus pies, y usando sus manos para que lo mirara.

Hizo un intento de darme un golpe en el rostro, por lo que alcé mis manos para frenar el golpe.

- ¿Qué demonios es esto? Dijo sujetando mi mano tan fuerte que me dejo marcado sus dedos.

- Ahhh, por favor detente. Grité.

- ¿Estos son los anillos de Alexander? Me gritó aun más fuerte en la cara, su rostro se había sorprendido, tenía los ojos tan abiertos que podía ver lo blanco del ojo en todo el alrededor de su pupila dilatada.

Quité mi mano rápidamente y los escondí en mi espalda, Mark agarró mi cabello tan fuerte que el dolor de cabeza apareció al instante, me sujetó y me tiró a través del suelo por la habitación, la estantería me recibió dejándome dar un grito de dolor al recibir el impacto. Mis lágrimas empezaron a fluir, pensé que me iba a secar, he llorado en esta habitación lo que no lloro en un año de mi vida.

Mark se acercó nuevamente a mí, amenazador y se puso de cuclillas enfrente de donde estaba tirada en el suelo.

- No lo puedo creer. Ya he visto esto antes, esos ojos, te enamoraste de Alex, ¿Cierto? Me preguntó Mark.

Seguí retorciéndome de dolor en el suelo, no respondí.

- Pobre ilusa, ahora veo con más claridad y entiendo los rumores. Dijo riéndose a carcajadas.

Me levanté como pude para quedar a la misma altura de Mark.

- ¿Ya te cogió como su puta? Me miró a los ojos.
Seguí en silencio. Mark entendió.

- Jajaja, si te cogió ya y te sentiste especial porque te dio los anillos, ¡NO SEAS TAN ESTUPIDA! A Alexander no le importas, solo te esta usando, eres un medio para un fin, él solo aprovechó de follarse a una puta en el camino. Porque así es él, un animal egoísta, egocéntrico y manipulador. Te lo digo yo que lo conozco mejor que nadie, por eso soy su debilidad. JAJAJAJA, no puedo creer tu ingenuidad. Se reía en mi cara.

- Tal vez no sea así. Dije en voz baja.

¡PLAP! ¡PLAP¡ Sus golpes en mi rostro no cesaron hasta que me rompieron la boca.

- ¿Cómo se atreve una puta a hablarme así? Decía entre golpes.

Quedé en el suelo, aun si perder el conocimiento, solo con la boca rota y mucha sangre saliendo de esa zona. Mark nuevamente alzó mi rostro para que pudiera mirarlo a los ojos.

- ¿Te ha besado alguna vez? Preguntó Mark con ojos de fiereza.

No lo había pensado, realmente en ningún momento Alex me había besado, seguí sin responder, pero este hombre parecía conocer todas las respuestas.

- Te diré por qué no te ha besado, eso es por SOLO ERES SU PUTA. Él nunca besa a sus acostones. Se fue riéndose.

Hubo una vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora