SI JUNTAMOS LAS ESTRELLAS - wwoppo©

5.

ANYA FORGER.

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- ¿Te gusta Damián? - Preguntó la pelimorada.

¿Gustar?
¿A qué se refiere con gustar?

- Me gusta pasar tiempo con el - Respondí.

- ¡Eso lo se!, ¡Hablo de que si te gusta de manera romántica! - Gritó.

- ¿Romántica? - Pregunté - Becky, creo que viste mucha televisión -

Aquella solo me miro fulminantemente.
¿He dicho algo malo?

- ¿Sabes que? Olvídalo - La chica se rindió.

- De acuerdo - Sonreí.

Estábamos por ir a las habitaciones ya que Becky quería cambiarse de ropa, pero algo nos interrumpió en el camino.

- Emile, ¿Qué necesitas? - Preguntó Becky.

Uno de los aliados del segundo se encontraba frente a nosotras.
Emile.

-¿Estás ocupada? Necesito tu ayuda para un trabajo - Habló algo sonrojado.

¿Tiene fiebre?, ¿Por qué está tan rojo?

- Um.. - Me miró.

- Está bien, puedes ir con el - Respondí a su mirada de permiso.

Dicho eso, la pelimorada se alejó con aquel chico.
Estaba por darme la vuelta para salir de ahí ya que quería visitar el patio trasero.

- ¿A dónde vas? - Una voz ronca de escuchó detrás de mi.

Sin más dudas, volteé hacia la voz que había escuchado.

El segundo se encontraba ahí.

- Iba a.. -

- ¿Me acompañas? - Preguntó interrumpiendo mis palabras.

- ¿A dónde? - Pregunté.

- Solo sígueme - Respondió.

Y si, lo seguí.

°°°

Llegamos al aula de matemáticas.
¿Es en serio?, ¿El lugar que más detesto?

- Siéntate - Ordenó mientras iba hacia la enorme pizarra.

Cumplí con su órden y fui hacia mi asiento para así sentarme y tener una mejor vista.
Comenzó a escribir un par de problemas.
Los problemas que más me complican.
Terminó el acto y me miro.

- Anya Forger, ¿Cuál es el resultado? - Preguntó mirándome.

- Segundo, yo no puedo responder eso.. - Respondí con vergüenza.

- Si puedes, inténtalo - Dijo e hizo una señal de que vaya hacia el.

Dudé en hacerlo pero al final, lo hice.
Fui donde el se encontraba y mire el pizarron para contestar el problema.
Suspiré y comenzé.

°°°

- Ya... - Dije, una vez que había terminado el problema.

Aquel lo miro con reojo y rascaba la punta de su nariz.
Estaba mal hecho.

- Bueno.. - El chico trato de decir algo, pero lo interrumpí.

- ¡Ya se que está mal! Pero lo intenté... - Exclamé.

- Te enseñaré y aprenderás, lo prometo - Dijo mientras me miraba.

- No lo haré, soy tonta y una idiota en matemáticas - Confesé mientras agachaba la cabeza para mirar al suelo.

- No lo eres, Anya - Tomó mis hombros con sus manos - Cada quien aprende a su ritmo, no todos al mismo tiempo -

Lo miré.

- Confío en tus capacidades - Habló.

Necesitaba que alguien dijera eso.
Realmente lo necesitaba.

- ¿Lo dices en serio? - Dudé.

- ¡Claro que lo digo en serio! - Dijo - Ahora, presta atención -

Y esa tarde, entendí los problemas.
Pero también mis sentimientos.

Me gustas, Damián.

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