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DAMIAN DESMOND.

· Unión ·

Mire su rostro confundido.
Y fue cuando me decidí.

Me voy a confesar.

Lo haré aunque salga con el imperial perfecto.

— Segundo, yo.. —

— Entiendo que tu novio se moleste al estar a solas conmigo — Dije — Pero es importante —

Ahora estaba aún más confundida.

— ¿Novio? — Preguntó.

— Luke Vaughan — Aclaré.

...

Aquella río.

— ¿Cuál es tu problema? — Pregunté.

— ¡Luke no es mi novio! Dios, ¿Cuándo confiaras en mi? — Exclamó.

¿Qué?

— Pero.. Los vi —

— ¿Me espiabas? —

— ¡No! —

— ¿¡Entonces como sabes que salimos!? —

— ¡Por qué estaban abrazados! —

— ¡Los amigos se abrazan, imbécil! —

— ¡Pero no con otras intenciones! —

— ¡Eres tan molesto! — Bufó.

¿Eran amigos?
¿Confío en que lo son?

— De acuerdo, lo lamento — Dije.

— Gracias — Agradeció de mala forma.

— ¡Lamento hacer pública su relación! — Grité con enfado.

— ¡No estamos saliendo! —

— ¡Luke no piensa lo mismo!, ¿Sabías eso? —

— Eres un.. — No terminó la frase — No me has hablado en semanas y ahora, ¿Me reclamas por ser amiga de Luke? —

— No te estoy reclamando, estoy confesando la verdad —

— ¿De qué? —

— ¡De qué me gustas! —

...

Carajo.

— ¿Que dijiste? — Preguntó.

— Me gustas, Anya — Dije — Y estas semanas fueron el peor castigo de mis pecados —

...

— Toque el infierno sin darme cuenta — Dije.

— Damián.. —

¿Damián?

— Siempre me dices segundo —

— Tu nombre suena mejor —

...

— Me gustas, Damián —

Y eso era lo único que mi corazón necesitaba escuchar para comenzar a latir como un completo loco.

— Y quiero estar contigo, siempre — Sonrió de una manera tan hermosa.

Se acercó a mi y recibí su señal.
La tomé de la cintura y ella tomo mi nuca.

Por fin, paso.

Juntamos nuestros labios en un beso.

Joder, se siente genial.

Realmente lo necesitaba.
Necesitaba probar sus labios.
La necesitaba a ella.

Mordí su labio inferior haciendo que diera paso a mi lengua que de inmediato, rozó con la suya.

Aquella se recargo en la pared que se encontraba detrás sin dejar de hacer contacto conmigo.
Sus manos bajaron a mis hombros y las mías a sus caderas.

Hacíamos pequeñas pausas para tomar aire y continuar con el acto.

Nuestro primer beso.

Un beso tierno y cálido se transformó en una batalla que, claramente, yo iba ganando.

Escuchamos aquella campana que nos separó.
Otra clase había comenzado.

Nos miramos.
Ambos estábamos sonrojados de pies a cabeza.

— ¿Vamos? — Preguntó la pelirosada extendiendo su mano con una sonrisa enorme en su rostro.

Asentí y la tomé.

Mi corazón seguía latiendo y mi cerebro no procesaba lo que acaba de suceder.

...

¿Esto es real?

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SI JUNTAMOS LAS ESTRELLAS - wwoppo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora