Capitulo 15. Los medios lo llaman; Puta de elite...

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—La convocatoria, espera —Susurro comenzando a sentirse muy nervioso. Fue como si de pronto el peso de la responsabilidad le hubiese caído de golpe. Como un cubetazo de agua helada que incluso le estremece el cuerpo. —Quiero… Quiero primero hablar con mi madre. ¿Ella… ella está despierta?

La secretaria asintió y no lo presionó más con la convocatoria.

—Si señor, su madre recientemente se ha estabilizado lo suficiente para tener visitas. ¿Desea que le pida al doctor Simón que prepare una visita para usted?

—Sí. Justo ahora.

Mientras la mujer, de bellos tacones y caderas contoneadas, se daba la vuelta para acercarse a su zona de trabajo para hacer las llamadas correspondientes, Scott parecía querer colapsar de los nervios.

Quizá era el nervio a ver la reacción de su madre cuando ella lo vea golpeado, o su resistencia a soltar su libertad y encadenarse a un matrimonio. Pero sintió que todo su cuerpo tembló, cómo si su sangre hirviera de la rabia.

Esto no habría sucedido si Farkas no hubiese muerto, si su padre o Decker estuviesen allí, está seguro que todos temblarían bajo la imponencia del gran alfa. Nadie se negaría. Nadie reprocharía, y se quedarían en silencio ayudando, con las manos atadas, sabiendo que Nyx tiene el poder de hacerlos arrodillarse

Pero la manada Nyx de la que habla, solo existe en sus recuerdos, cómo todo lo parcialmente bueno del pasado. Ahora los grandes alfas le miran como una burla, todos. La dinastía más poderosa e influyente, ahora fue reducida a cenizas por el simple hecho de que Scott está al mando. Nadie cree que un adolescente pueda liderar una campaña de conquista, ni someter a viejos alfas astutos.

Por ello no le temen ¿Quién le temería a un niño que podría estar por quedarse huérfano? Para ellos es incluso una presa ligeramente difícil de atrapar.

—Señor, han autorizado la visita. La tendrán lista en unos minutos. —La mujer colgó el teléfono y dejo la agenda sobre una mesita en el centro de la cómoda sala dentro de la oficina para así poder tener las manos libres y llevar a Scott.

—… —El alfa asintió sin muchos ánimos y dejo que la mujer quitará el seguro de la silla de ruedas para moverse.

—Señor, ¿Desea visitar a su hermana? ¿Debería llamar a la niñera para que espere la visita?

Scott, lo pensó en silencio, con una mirada estoica y sintiéndose miserable, negó. Está seguro que Michelle lloraría al verle magullado del rostro. Y, no es como que ella sepa entender lo que le ha sucedido a su hermano mayor, pero; cuando llegue con el rostro hinchado, los ojos morados y la nariz vendada, ¿Acaso no lloraría? Cuando Scott trate de cargarla y de abrazarla, ella se asustara. Y, no será su intención hacerlo, simplemente llorará por qué la persona frente a ella, huele al perfume de su hermano, pero tiene otra cara. Una cara aterradora para un bebé.

Y Scott no sabe si será capaz de sobrellevar el rechazo de Michelle. Está en un estado frágil de sentimientos encontrados que no conoce. El rechazo inocente de una niña asustada podría ser la piedra angular que derrumbe los pilares de su cordura.

—No. No quiero verla por ahora… Solo llévame con mi madre.

La mujer no hizo más preguntas y simplemente lo llevo hasta las puertas de la habitación de su madre, dónde el joven alfa pidió que lo dejara moverse por su cuenta.

Golpeó ligeramente fuerte la puerta con sus nudillos, provocando un sonido algo fuerte, que es difícil de pasar desapercibido, aun así, no hubo respuesta.

Volvió a tocar con algo más de insistencia, y la persona que le abrió, fue Simón. El médico sonrió ante la visita del más joven y le permitió el paso.

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