Capitulo 53. Nada ni nadie puede defenderlo.

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⚠️Advertencia; contenido explícito y subido de tono relacionado a la tortura, lean bajo su propio riesgo. ⚠️

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"General Ryabinsky, entrego estos soldados a su causa, úselos sabiamente, le servirán con fidelidad y respeto, como se les ha instruido hasta ahora… Así que, por favor, salve a mi hijo"

Con esas últimas palabras, luego de pactar tregua y comunicación, el general Ryabinsky, ya con sus filas renovadas, se sintió más que listo para la misión.

Dio vuelta y regreso sobre sus pasos, siendo seguido por uno de ellos; el ahora ex capitán del equipo; Tango.

—Señor Ryabinsky, es todo un honor poder trabajar con usted. —Dijo el hombre con comodidad mientras seguía al enorme hombre que amenazaba con permanecer en silencio una eternidad —El rugido de sus hazañas es… Impresionante.

—Gracias. Solo cumplía con mi trabajo. —Respondió seco, no teniendo ni las ganas, ni las energías de hacerle honor a sus tan memorables hazañas. Es lo mismo que siempre dicen, los mismos halagos, las mismas palabras, solo que de diferentes personas.

—¿Y, cuál es el trabajo de hoy? —Ansioso por poder ser parte de una de tantas hazañas, el soldado soltó una segunda pregunta —¿Cuál es la misión?

Para cuando terminó la pregunta, la puerta de la habitación donde Konrad permanece tirado y herido; fue abierta de golpe por el general, tan pronto lo hizo, el fuerte y ácido olor a feromonas amenazó con desestabilizar a Tango. Amenazó con hacerlo caer.

—¡¿Quién mierda es él?! —Exclamo, aturdido, a nada de golpear el suelo con el rostro, tambaleando su cordura entre la perdición y la lujuria.

—Es el objetivo. —Dijo Andrey, entrando a la habitación sin verse mínimamente afectado por la feromona. Esta vez, Konrad no lo había tomado por sorpresa, no caería tan fácilmente, Andrey, es quien lleva el control total de la situación y Konrad no puede hacer absolutamente NADA para detenerlo.

—Hace que te maten lentamente y- ¡Ugh!

A Andrey, poco le importó escucharlo parlotear mierdas, después de todo, nada de lo que diga ese jodido salvaje es de verdadera importancia. Pura palabrería. En este lugar, desprotegido, rodeado de personas que desean descuartizarlo, el apellido y el poder no son NADA.

Nada ni nadie puede defenderlo de lo que le harán.

—¿Qué haremos con él, general? —Pregunto Tango, pero el verdugo no respondió, ni siquiera pareció prestarle atención, en cambio; se aleja y toma una silla tipo oficina del escritorio de la habitación y la arrastra hasta el medio de la habitación. Luego ve como Andrey toma a Konrad desde el cabello y lo arrastra de la misma manera por el piso, hasta ponerlo sobre la silla.

—Permítame continuar, señor —Pide Ryder, entrando a la habitación ya menos aturdido por la feromona y se acerca Konrad para a atarlo a la silla. Bravo les deja en el suelo una mochila con algunos utensilios de tortura y se aleja en silencio permitiéndoles trabajar.

Cuando se aleja lo suficiente como para no estorbarles, comienza a hacer un ligero golpeteo con el pie sobre el suelo; ansioso, nervioso. Y, Ryder lo nota. Traga duro observando de reojo las acciones de Bravo y, extrañamente, también se sintió ansioso.

—Ven aquí, corazón —Susurro muy bajito, acercándose con preocupación a su preciada pareja —Sal de aquí. No tienes que quedarte a ver esto.

—He visto y hecho esto en muchas ocasiones —Fue tajante y se negó a desistir en su decisión, pero, Ryder tampoco planeaba desistir.

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