Capitulo 22. Disociación.

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Pequeña nota; Se que no me tienen FE, pero les aseguro que la historia tendrá un final feliz. :)

Contenido+18 Por favor, leer bajo su propia responsabilidad.

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Deseo que todo fuese un sueño, y se encerró a sí mismo en su conciencia…

Solo, abandonado, muy cerca de quebrarse por completo, se mantuvo lo más firme posible, y aguanto.

—Eso es, buen chico… —Le susurro Vaegan, al oído, antes de tomarlo del trasero para montarlo sobre él y comenzar, un vaivén erótico que solo lo complacen a él, pues a Scott, le sucedía todo lo contrario, él estaba nervioso, sudoroso y asustado; Lo cual le fue muy difícil aceptar.

Su orgullo de alfa no suele permitirle experimentar una sensación de pánico muy seguido. Pero cuando sucede, siente que podría morir del miedo; Su cuerpo tiembla como loco, casi como si tuviese demasiado frío, mientras trata de no vomitar del maldito asco que le provoca sentir algo duro y firme, restregándose bajo su cuerpo.

Es una sensación tan terrible que no sabe cómo reaccionar. Su instinto quiso hacer algo, pero su racionalidad lo hizo quedarse quieto. Por el bien de Michelle, no se resistirá. Pero ¿Cómo le haces entender eso a tu cuerpo? Que no será salvado. Que sufrirá una experiencia traumática y que no tiene forma de evitarlo.

Su mente dice; tranquilo, cierra los ojos, esto será rápido, esto es por un bien mayor.
Pero su cuerpo trata de forcejear, su cuerpo le obliga a levantar la mano derecha en dirección hacia la puerta como pidiendo a gritos un poco de ayuda.

Ayuda que no llegará jamás...

Con firmeza, fue apretado contra un pecho fornido por unos brazos gruesos y duros que le prohibían huir. Termino siendo cargado como un bebé, sostenido desde los glúteos, con las piernas a cada lado de una cintura tosca y firme, con su cabeza entre el hombro y el cuello de Vaegan. Se sentía cansado, ya no tenía muchas fuerzas ni para sostener su cabeza, así que parecía un bebé adormilado.

Asqueado, sintió como esa bestia metía sus manos más entre sus piernas, desde la zona de los muslos y se restregaba con un éxtasis no contagioso.

—Ha... —Soltó un gruñido nasal, aquel que disfrutaba de restregar su entrepierna contra un cuerpo ajeno, sin consentimiento, sin pudor. Con total malicia… —¡Quiero meterla!

—No… —Negó muy bajito, un asustado y tembloroso Scott, aun sin comprender del todo lo que estaba por suceder, sus ojos aún yacían llenos de duda y era totalmente incapaz de procesar lo que le iban a hacer.

Y es comprensible. Es algo que no se puede asimilar tan fácilmente.

Es inevitable no sentir pánico...

—Az, Az, por favor... —El joven, tratando de mantener la calma, llamo a quien deberia defenderlo, en un intento por proteger su dignidad y a si mismo —No permitas que esto nos suceda, no dejes que pase...

Pero, la esperanza se desvanecio demasiado rápido.

—Es tu cuerpo ¿No? —Contesto el lobo en un tono serio y distante —Lidia con esto tu solo.

Y lo abandonó...

Así de frío es el corazón de Azael. Un lugar helado, de hielo y piedra, que quizá, jamas podría ablandarse ni una sola vez. Un lugar donde no cabe la bondad, ni el amor...

Un lugar donde habita solo un demonio...

Ante el shock de la situación, Scott se quedó inmovil en su lugar, permitiendo que Vaegan nuevamente lo aprisionara con su cuerpo, inmovilizando sus muñecas totalmente.

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